01. Disminuir las cotizaciones salariales y elevar el impuesto que financia la protección social

PROTECCIÓN SOCIAL: Macron quiere bajar las cotizaciones salariales para enfermedad y desempleo, y compensar la medida con una subida de 1,7 puntos de la contribución social generalizada (CSG), impuesto cuya recaudación financia la protección social. En 2016, supuso el 24% de los ingresos del régimen general de la Seguridad Social y el Fondo de Solidaridad para la Vejez. El Gobierno justifica la reforma aduciendo que ésta afecta a las cotizaciones salariales, que pesan sobre las rentas del trabajo, mientras que la CSG se apoya en un abanico más amplio de ingresos: se detrae de  salarios, primas, pensiones de jubilación (salvo las del 40% de pensionistas con ingresos más bajos), prestaciones por paro, y rentas por patrimonio, inversión y juego. Pero el nivel de vida de los jubilados, de media, es más bajo que el de los trabajadores activos. Los funcionarios tampoco verán subir su poder adquisitivo. Quienes ganan son en realidad las rentas del capital, ya que la mayoría de ellas no se verán afectadas por la subida de la CSG porque en pararelo se instaura una tarifa plana del 30% sobre el conjunto de este tipo de ingresos.