10. Telecomunicaciones
Todo el mundo parece condenado a depender de las grandes multinacionales si quiere un teléfono móvil con acceso a Internet. Sin embargo, en Reino Unido operan con éxito cooperativas en las que el usuario del teléfono no es solo un usuario que intenta como puede que le atienda alguien del servicio de atención al cliente, sino un socio que participa en las asambleas de la compañía para decidir a qué destinan los excedentes, si los hay. Este modelo acaba de llegar también a España.
En un mundo tan dependiente de los smart phones y de Internet, parece difícil encontrar conexión fuera de las grandes corporaciones. Sin embargo, en Reino Unido existen experiencias exitosas como Phone Co-op, una cooperativa en manos de sus usuarios, que son quienes marcan los objetivos de la empresa y, sobre todo, el impacto social al que aspiran.
El modelo está ya en marcha en España y tiene previsto arrancar a finales de marzo, ante la unión de dos iniciativas similares —Eticom y Som Connexió— que quieren trasladar también aquí la opción de una cooperativa de telecomunicaciones que replique el éxito que en el campo de la energía está logrando Som Energia. La nueva cooperativa se llama Eticom-Som Connexió y se propone dar servicio integral a todos los socios, que deben aportar 100 euros de entrada al capital social, y operar en toda España.
El objetivo es dar servicio de telefonía fija, Internet y móvil a un precio estándar —sin ofertas agresivas—, pero el arranque es necesariamente precario porque las infraestructuras requeridas son muy caras. Hasta que la cooperativa no alcance un capital social de 450.000 euros no pueden plantearse disponer de infraestructura propia, que prevén vinculada a la llamada “economía del bien común”, y tienen que pasar por una empresa proveedora. Para el móvil van a tener que comprar —forzosamente y durante mucho tiempo— capacidad de uso de la red a alguna multinacional. Cuanto mayor sea el volumen de socios, más económica les saldrá la compra y mayor margen les quedará, por tanto, para destinarlo a otras actividades.
Pese a las limitaciones que impone la imposibilidad de contar con infraestructuras propias, los promotores consideran que el esfuerzo merece igualmente la pena: es una apuesta a largo plazo que desde el primer momento reduce las transferencias a las grandes multinacionales y deriva recursos hacia la economía social, los consumidores tendrán voz y voto en la toma de decisiones y de entrada habrá un elemento claramente diferencial en una área tan importante como la atención al usuario: se crearán puestos de trabajo aquí para atender no a clientes despersonalizados, sino a socios.
ENTIDADES
The Phone Co-op
Eticom-Som Connexió