Aguaviva, víctima medioambiental
Manifestantes de Aguaviva contra el embalse. FOTO: A.Z.
Es desde Xerta (Tarragona) hasta Cálig (Castellón) poniendo fin al veto del anterior Gobierno al trasvase del Ebro. Esto supone el triunfo del ex presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, que en 2003 definió dicho trasvase como un primer objetivo basándose en que el norte de Castellón es cuenca donante de aguas valencianas al Ebro a través del río Bergantes.
Ese río Bergantes alimenta la presa de Calanda que —construida en 1982— parece requerir una mayor capacidad de desagüe para garantizar su seguridad frente a la mayor avenida de aguas imaginable. A fin de aumentar dicha seguridad, el Plan Hidrológico del Ebro prevé tanto la construcción de un cuarto aliviadero en la presa de Calanda como el recrecimiento del embalse de Santolea y la construcción de un nuevo embalse en el río Bergantes en Aguaviva (Teruel). Este nuevo embalse es uno de los elementos presentados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente al Banco Europeo de Inversiones (BEI), lo que no es el caso con el aliviadero de la presa de Calanda.
Posteriormente a la presentación al BEI, el proyecto del embalse de Aguaviva fue publicado en el BOE el 8 de mayo de 2013. El partido Chunta Aragonesista ha pedido en el Congreso el descarte del embalse, ha presentado una iniciativa ante la Comisión Europea y ha cuestionado dicho embalse en el Parlamento Europeo. Por su parte, el pueblo de Aguaviva erigió una plataforma para coordinar el rechazo del pueblo al proyecto de embalse que en menos del mes dado de plazo coordinó más de 3.300 alegaciones, y organizó manifestaciones durante las fiestas patronales del pueblo, pero con limitado impacto mediático.
El veto al trasvase del Ebro se ha levantado
El proyecto de embalse genera rechazo social
Se alega que con el proyecto del embalse de Aguaviva el ministerio infringe la Directiva Marco Europea del Agua en cuanto a la inundación de espacios ZEPA y LIC de la Red Natura 2000. Se considera que la construcción de un cuarto aliviadero en dicha presa de Calanda compatibilizaría la seguridad de la presa de Calanda y el respeto al medio ambiente del valle del Bergantes. Sorprende que el volumen previsto del embalse de Aguaviva sea superior al de la presa de Calanda, con lo que la función del nuevo embalse sería también de reserva y regulación de aguas del Bergantes —única cuenca valenciana que aboca hacia el Ebro— y poder asegurar así en años secos un mínimo caudal para el trasvase Xerta-Cálig.
La pobre respuesta de las administraciones nacional, valenciana y aragonesa frente al rechazo social que el proyecto provoca, comporta que el valle del Bergantes y los 660 habitantes de Aguaviva puedan devenir en daños colaterales de estrategias políticas vinculadas al trasvase del Ebro.
Parece que Teruel todavía existe.