Alemania, líder en salarios bajos
Economista, profesor de la Universidad París I
Análisis
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Esta elección, convencional, puede justificarse, por una parte, por una analogía con la definición europea de “umbral de pobreza”, que ya está comúnmente aceptada como el equivalente al 60% de los ingresos medianos, y, por otra, con las estimaciones de la OCDE, que consideran “salarios bajos” los inferiores a dos tercios del salario mediano. La cifra de trabajadores alemanes que estaba por debajo de ese umbral mensual en 2009 y en 2010 es del 24,5%, un porcentaje que con mucho es el más elevado de la Unión Europea. Supera a los países bálticos, Rumanía y el Reino Unido, donde la proporción de bajos salarios se establece en alrededor del 20%. Finlandia y Francia van en cabeza, ya que esos grupos de trabajadores suponen aproximadamente el 5%, según distintas fuentes estadísticas.
¿PRECIO DEL EMPLEO?
Podríamos, pues, concluir que las fuertes desigualdades salariales son el precio que hay que pagar para acercarse al pleno empleo, considerando que nuestro vecino del otro lado del Rin ha logrado hacer bajar el paro cerca del 5% durante la crisis. Sin embargo, la tasa de desempleo en Austria es todavía más débil que la de Alemania, por debajo del 5%. Por el contrario, la porción de los empleados austríacos que se sitúan por debajo del umbral convencional del 60% del salario mediano es del 14,6%; es decir, casi dos veces menos que en Alemania.
¿El pleno empleo se paga con desigualdad?
Austria tiene menos paro y salarios bajos
Otra serie de datos contribuyen a proyectar dudas sobre el papel desempeñado en Alemania por las reformas Hartz de 2005, que condujeron a los parados de larga duración a aceptar empleos poco protegidos y con una baja remuneración. Esas reformas contribuyeron a crear un amplio sector de salarios reducidos en Alemania.
La rapidez con la que los trabajadores afectados por estas reformas drásticas encontraron una salida hacia el empleo casi no aumentó después del año 2005, mientras que las de los parados ordinarios que se beneficiaron de una prestación de desempleo se aceleró rápidamente.
Estos datos refuerzan la constatación de que las reformas desiguales no han contribuido más que de manera marginal a reabsorber el paro.
Los éxitos (indiscutibles) de Alemania vienen de otra parte, y estas políticas son testimonio más bien de un tipo de violencia inútil.