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La agenda de 5 estrellas

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Mayo 2018 / 58

Poder: Para gobernar, el Movimiento 5 estrellas, que ha forjado su popularidad sobre la crítica de las élites, debe salir de la ambigüedad y lidiar con los partidos tradicionales.

Campaña electoral, marzo de 2018 en Roma. FOTO: 123RF

Menos de 10 años después de su creación, el Movimiento 5 Estrellas (M5S en sus siglas en italiano) se ha consolidado como primer partido político de Italia y ha participado en las negociaciones para la formación de un nuevo gobierno en el país. ¿Pero cuál es la agenda de esta formación fundada por el humorista Beppe Grillo y dirigida hoy por Luigi di Maio?

El movimiento M5S capitaliza, de entrada, un discurso antisistema radical. Sostiene que las élites italianas, que presenta como corrompidas y deshonestas, confiscan el poder a los ciudadanos de la República. Y aunque se le reste al término una connotación negativa o positiva, se trata de un partido populista: el M5S promete enviar a su casa a la clase política actual. Y en vista de los resultados de las elecciones legislativas, que dieron a esta formación una mayoría relativa de 227 escaños sobre un total de 630 en la Cámara de Diputados, debe lidiar con otras fuerzas políticas si quiere gobernar.

A imagen de Beppe Grillo, que durante mucho tiempo ha denunciado el culto al crecimiento, la financiarización de la economía y el despilfarro de recursos, el partido defiende una tercera revolución industrial fundada sobre la difusión de nuevas tecnologías y de las energías renovables. Para financiarla, el M5S desea relanzar la inversión pública recurriendo a un mayor déficit, aunque se supere el límite del 3% del producto interior bruto (PIB) de déficit.

De ello se desprende una visión más bien keynesiana de la economía, incluso si en su programa han aparecido también medidas de inspiración liberal (el caso del choque fiscal). En Italia, el M5S se ha opuesto de forma contundente al Jobs Act, una serie de reformas de derecho del trabajo llevadas a cabo en 2014 y 2015 por Matteo Renzi con el fin de flexibilizar el mercado de trabajo y limitar la protección de los trabajadores asalariados.

Sobre Europa, el M5S pone en cuestión el funcionameniento de la Unión Europea, pero desea cambiarla desde dentro. No agita la amenaza de un hipotético referéndum sobre la salida del euro, que estudia como último recurso.

El Movimiento 5 Estrellas cultiva la ambigüedad

El modo interno de operar del M5S suscita discusión

Di Maio pide más inversión, aunque suba el déficit

Sobre la cuestión migratoria, a corto plazo mantiene un enfoque duro, en línea con la política del Gobierno saliente (retener a los immigrantes en las costas libias con el concurso de milicias locales). En cambio, a largo plazo, propone un plan cero desembarcos, con el objetivo de poner fin en cinco años a las llegadas de immigrantes. Prevé, sobre todo, un embargo de las ventas de armas a los países en situación de guerra civil, el fin de la explotación de los países pobres, mayor cooperación internacional y el refuerzo de la ayuda al desarrollo.

A pesar de la exigencia declarada de democracia, la gestión interna del movimiento suscita debate: es democrático para unos (a través de los votos online que validan las grandes orientaciones del movimiento y la expulsión de los que las traicionan) y es autoritario para otros, que ven en los referendos en línea purgas digitales para eliminar cualquier contrapoder.

La ausencia de contrapoderes es constitutivo de estos nuevos movimientos inspirados por líderes que pueden reorientar sin dificultad su movimiento. Para lo mejor o para lo peor. Porque para gobernar, Luigi Di Maio necesita acuerdos con el centro izquierda (Partido Demócrata), la derecha (Forza Italia) o la extrema derecha (Lega Nord). Salir de la ambigüedad. Tal vez, a su costa.