La rana y la agricultura duradera
Guatemala: La Organización no Gubernamental (ONG) Rainforest Alliance se alía con las multinacionales para certificar producciones agrícolas sostenibles. A cambio, debe pagarse el precio de asumir ciertos compromisos.
Para obtener el sello de Rainforest Alliance, que parte del sector de las ONG contempla con cierta reticencia, deben cumplirse parcialmente 99 criterios, 15 de los cuales de forma obligatoria.
Bayas de café recogidas en Guatemala. fotografía: 123RF Tomas Hajek
En Vista Hermosa (Guatemala), a seis horas de la capital, algo ha cambiado en las plantaciones de café de una pequeña asociación de productores. Han vuelto las telas de araña entre los árboles, testigo de los progresos ecológicos en las explotaciones. “Antes, nuestro objetivo era producir más para ganar más”, recuerda Arnoldo Cifuentes. Pero desde hace cinco años, los 68 cultivadores de café de la Asociación de Desarrollo Económico y Social de Los Chujes (ADESC) se ha adherido a la iniciativa de la Organización no Gubernamental (ONG) Rainforest Alliance para que su producción reciba la etiqueta de sostenible. “Se ha prohibido la deforestación, protegemos el curso de los ríos con plantaciones, los desechos se clasifican, las plantas de café se cultivan en terrazas para evitar la erosión, nos protegemos mejor de los pesticidas”. La certificación ha servido para revisar a fondo todas las prácticas, como el análisis regular de la toxicidad de los suelos.
UN COLOSO DE LA CERTIFICACIÓN
En Vista Hermosa, el cambio toma la forma de un logo: la rana, símbolo de Rainforest Alliance, impresa sobre los productos según una serie de criterios sociales y medioambientales.
Para obtenerlo, los productores deben cumplir al menos parcialmente 99 criterios , 15 de ellos de forma obligatoria, bajo el control de auditores independientes. A los productores, este ejercicio les cuesta tres dólares por cada cien kilos de café. Pero disponer de un sello de calidad les permite encarecer sus productos un 10% en su negociación con el comprador. Con una remuneración media de ocho dólares por día, los trabajadores de Vista Hermosa viven mejor que la media de los guatemaltecos.
ALIANZA DESACOMPLEJADA
Rainforest Alliance, nacida en 1987 a iniciativa de un puñado de americanos apasionados por la biodiversidad, se ha convertido en un gigante de la certificación social y medioambiental. Lleva certificados 74 millones de hectáreas en el mundo, una superficie mayor que la de Francia. El hito mayor de su historia fue el acuerdo firmado en 2005 con la bananera Chiquita (antigua United Fruit Company), símbolo hasta entonces de la connivencia de las multinacionales con las repúblicas bananeras latinoamericanas. Hoy, todas las bananas producidas por Chiquita están certificadas, lo cual permite a la ONG imprimir su logo sobre el 15% de las bananas que se venden en el mundo. Este gran crecimiento es un reto mayúsculo para una asociación con solo 300 trabajadores y un presupuesto de 48 millones de dólares que se obtienen de derechos de certificaciones y subvenciones.
Tener un sello de calidad permite vender un 10% más caros los productos
Otras ONG ven en la rana un subsello menos exigente que otros
En el mundo de las ONG, hay quien no ve bien esta estrategia desacomplejada con los grandes grupos, y teme “una multiplicación de etiquetas y sellos que siembre la confusión entre los consumidores”, apunta Valérie Hauchart, de Max Havelaar. Este sector ve en la rana un subsello menos exigente que el de FLOMax Havellar de comercio justo, o el de productos bio con el sello AB. Por ejemplo, Rainforest no exige un precio mínimo garantizado (Max Havelaar sí), lo cual da a los productores capacidad de previsión a largo plazo al margen de las fluctuaciones de los precios del café. Sin negar la utilidad del pragmatismo de ir de la mano de las grandes multinacionales, se critica la ilusión de que para autorregular el comercio internacional baste con la buena voluntad de todos los actores.
