Los asalariados, a la puerta de los consejos de administración
Gobernanza: La ley impone en Francia la presencia de trabajadores en el máximo órgano de gobierno de las grandes empresas, pero la resistencia es mayúscula.
Hace un año, por ley, el Gobierno francés mandó que toda empresa con más de 5.000 trabajadores en el país o de 10.000 en el mundo tuviera al menos un consejero asalariado. El balance decepciona.
Un consejo de administración, vacío de consejeros. FOTO: ZHANG XIANGYANG/123RF
Una de las novedades de la reforma laboral de junio de 2013 (ley de Securización del empleo) es la obligatoriedad de la presencia de asalariados en los consejos de administración de las grandes empresas francesas. Inspirada en el Informe Gallois sobre competitividad, que data de 2012, la medida está destinada a introducir una óptica nueva en las instancias que definen la estrategia de la empresa que perciba la realidad social, cultural y material mejor que los consejeros externos, que son elegidos por los accionistas.
El texto prevé la entrada de uno o dos consejeros (1) en el consejo de administración de las empresas con más de 5.000 asalariados en Francia o 10.000 en todo el mundo, y que tengan comité de empresa, lo que no siempre ocurre cuando hay un holding a la cabeza, si este cuenta con menos de 50 asalariados.
La ley, menos ambiciosa que el Informe Gallois —que hablaba de un 30% de consejeros asalariados—, afectaría a 220 empresas, coticen o no en Bolsa, y haría que entraran de 200 a 250 asalariados en los consejos de administración y los consejos de vigilancia, según el Instituto Francés de Consejeros. Se sumarían a los casi 500 asalariados que ya se sientan en los consejos de administración como representantes de los accionistas asalariados, o del personal en el caso de las empresas públicas privatizadas como Gaz de France y Renault.
REALIDAD DECEPCIONANTE
Tras la celebración de las primeras juntas generales de las grandes empresas una vez aprobada la ley, el balance resulta decepcionante. Un sindicato como la CFDT solo tiene una decena de nuevos consejeros asalariados, además de los sesenta con los que ya contaba.
Muchas empresas ven una amenaza en la iniciativa
LVMH y Carrefour buscan resquicios para burlar la ley
Muchas direcciones de las empresas ven a los consejeros asalariados como una amenaza y aplican la nueva reglamentación de mala gana. La participación en el consejo da, en efecto, acceso a informaciones sensibles como las retribuciones de los directivos. Aunque la ley impone la confidencialidad y obliga a los consejeros asalariados a dimitir de cualquier cargo sindical o del comité de empresa, perdura la sospecha. Y hay una gran tentación de aprovecharse de los resquicios de la ley. Así, sociedades como LVMH, Carrefour y Sanofi-Aventis, a cuya cabeza están holdings con menos de 50 asalariados, no tienen comité de empresa y, por tanto, no están sometidas a la obligación impuesta por la ley. Algunas empresas como Axa han expresado su voluntad de que entren consejeros asalariados en sus filiales. Pero “no es en ellas donde se toman las decisiones estratégicas”, critica Olivier Berducou, secretario confederal de la CFDT. Por otra parte, otras empresas —por ejemplo, EADS— no están sometidas a la ley debido a que su sede social está en el extranjero.
En el caso de las sociedades que aplican la ley, se plantea además el problema de la situación de los consejeros asalariados. El nombramiento elegido por la empresa puede hacerles pasar por sindicalistas, si han sido designados por la organización sindical mayoritaria. O provocar desconfianza, si han sido elegidos por los trabajadores pero son desconocidos por la dirección. Toda una serie de zonas imprecisas que muestran que no será fácil encontrar un equilibrio si no existe voluntad clara de dar el paso.
(1). Un consejero en el caso de que el consejo de administración tenga menos de doce miembros y dos si tiene más.