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¿Revolucionará Tesla la energía?

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Septiembre 2015 / 28

Estrategia: El fabricante estadounidense de coches eléctricos de alta gama se diversifica con la fabricación de baterías de uso doméstico.

Fábrica de Tesla en Fremont (California, EE UU).

Tesla ha aprendido de Apple, su modelo, el arte de la comunicación: dos semanas después de presentar una gama de baterías destinadas a uso doméstico e industrial en una ceremonia que habría envidiado el magnate informático Steve Jobs, el fabricante de automóviles ha anunciado que en mayo tuvo 38.000 pedidos en Estados Unidos,  más de los que podrá fabricar este año. Pero,  ¿pueden las baterías de Tesla cambiar en profundidad nuestros sistemas energéticos como afirma su presidente? ¿A qué lógica obedece esta diversificación?

La Tesla Powerwall parece un radiador eléctrico de diseño, pero en realidad es una batería que emplea la tecnología litio-ion (la utilizada por los smartphones) y se cuelga en la pared de una casa o un garaje. Esta batería sirve para almacenar la electricidad suministrada por los paneles solares de una casa cuando el sol está en su cenit (mediodía) para que pueda ser utilizada cuando más se necesita (tarde-noche). También permite  almacenar la electricidad suministrada por la red eléctrica cuando es barata (por ejemplo, durante la noche) y disponer de ella durante las horas en que es más cara.  

Esta batería, que estará en el mercado a partir de este otoño a un precio de 3.000 o 3.500 dólares en función del modelo —un precio menor que el esperado—, puede ser utilizada también en caso de avería en la red eléctrica. Al mismo tiempo, Tesla ha presentado el Powerpack, una oferta similar —pero con mucha más capacidad— destinada a las empresas y a los productores de energía. 

Las nuevas baterías están pensadas para la pared de casa o el garaje

El precio se fijará en 3.000 dólares, cantidad menor de la esperada

El fin último de las ofertas de Tesla es, según su presidente, Elon Musk, “cambiar fundamentalmente el modo en que el mundo utiliza la electricidad”. Ni más ni menos. Musk considera que bastarían 160 millones de Powerpacks conectados a paneles solares para alimentar a todo EE UU; 900 millones para alimentar a todo el mundo, y 2.000 millones para cubrir las necesidades del planeta en lo que a transporte y calefacción se refiere. Según él, las baterías Tesla constituyen el eslabón perdido en la lucha contra el cambio climático: permitirían la sustitución total de las energías fósiles por las renovables. En opinión de Musk, sus baterías pueden provocar la misma revolución que la telefonía móvil respecto a la fija. 

 

LA UTOPÍA DE LA AUTOSUFICIENCIA

Con este anuncio, Tesla parece prometer también la llegada de un sistema energético totalmente descentralizado en el que hogares y empresas podrían producir y consumir de modo autárquico la energía que necesitan. Pero por muy seductoras que sean estas perspectivas, parecen poco realistas pues, como observan Vincent Champain, Fréderic Benqué y Alexis de Kouchkovsky en un artículo de la revista digital Telos , “con un precio de 3.000 dólares por 7 KWh, el coste del Powerball sigue siendo muy superior al de otras soluciones de almacenamiento” como las estaciones de transferencia de energía por bombeo (Step). Estas estaciones utilizan el exceso de energía producida a determinadas horas para bombear agua a unos depósitos situados en alto, un agua que será utilizada en las horas punta para producir electricidad. Además, para paliar el riesgo de falta de sol, que los autores calculan en tres días de consumo, se necesitarían, en su opinión, ¡un mínimo de 32 baterías de 7KWh para una casa de 150 metros cuadrados!

“Dicha instalación costaría al menos 170.000 dólares incluyendo los paneles solares y la instalación”, afirman, subrayando que con ese dinero se pueden anular las emisiones de carbono de medio centenar de hogares invirtiendo en soluciones más eficaces. Aunque el coste de las baterías puede bajar en el futuro, “es probable que las capacidades centralizadas (a nivel de la red eléctrica de una ciudad o de un barrio) sigan siendo mejores que una batería individual, pues reducirán los costes de construcción y mutualizarán más las soluciones de almacenamiento”, concluyen. 

Excepto si se vive en un lugar recóndito, alejado de las infraestructuras eléctricas, la autosuficiencia energética no es racional desde el punto de vista económico. El problema se plantearía en otros términos si el gestor de la red recurriera a las baterías instaladas por los particulares para equilibrar el conjunto de la red. Pero esto implicaría el establecimiento de redes inteligentes o smart grids con una capacidad de gestión de la información muy avanzada.

Abandonando la posibilidad de prescindir de la red eléctrica, ¿interesa al menos el Powerwall para reducir la factura de la electricidad porque evita las horas punta? La respuesta depende, evidentemente, de las tarifas. En Francia, habría que dividir por tres su precio para que fuera rentable, sostienen los tres autores. Por el contrario, en Australia y Austria la inversión sí podría serlo, en opinión de un estudio de UBS. 

Aunque la visión del sistema energético que nos ofrece el presidente de Tesla parece más  producto de motivaciones comerciales que un escenario económico creíble, ello no impide que esta diversificación tenga sentido en el caso de las empresas. La tecnología de la batería litio-ion, que dota a los vehículos de Tesla de una autonomía mucho mayor que las baterías clásicas, es sin duda la innovación más importante de este fabricante de automóviles de alta gama, que comercializó su primer modelo en 2008. 

 

ECONOMÍAS DE ESCALA

Tesla es aún deficitaria: sus pérdidas incluso se han triplicado en el primer trimestre de 2015 respecto al año anterior, con 154 millones de dólares para un volumen de negocios de 940 millones. La clave de la rentabilidad de Tesla está en aumentar sus ventas para beneficiarse de economías de escala y bajar así el precio de coste de sus baterías. Por eso, el fabricante quiere sacar al mercado en 2017 un vehículo de gama media cuyo precio estaría en torno a los 35.000 dólares en EE UU. La venta de baterías para uso doméstico e industrial entra también en esa lógica de aumentar los volúmenes para hacer bajar los costes y ofrecer un ecosistema integrado —como en el ámbito de la electrónica ha hecho Apple— que incluya también paneles solares.

Algunos expertos son escépticos ante las expectativas abiertas

La empresa proyecta una fábrica gigante en el desierto de Nevada

 

Para ello, Tesla se está dotando de un instrumento industrial fuera de lo común:  una fábrica gigante de un millón de metros cuadrados —Gigafactory—  en el desierto de Nevada, que hará posible que Tesla sea en 2017 el primer productor de baterías litio-ion del mundo.

 

 

FINANCIACIÓN

Alta gama subvencionada con fondos públicos

Con un precio comprendido entre  63.000 y 95.000 euros para su modelo S, Tesla optó por entrar por lo alto en el mercado de los coches eléctricos. Es el precio de la innovación, justifica Elon Musk. Las baterías litio-ion del Tesla S le dotan de una autonomía de más de 400 kilómetros frente a la de otros coches eléctricos, como el Zoé de Renault, que no supera los 150. 

Baterías Tesla para la vivienda. FOTO: TESLA

Una apuesta ganadora porque Tesla prevé vender 55.000 vehículos en 2015: una cifra que puede parecer modesta comparada con los más de dos millones de BMW, pero nada desdeñable para el segmento en el que se ha situado la empresa. Tesla apunta alto: está previsto que su Gigafactory produzca baterías para 500.000 vehículos anuales.

Semejante penetración en el sector del automóvil, en el que desde hace décadas no se crea una marca, no hubiera sido posible sin una enorme ayuda pública. Según Los Angeles Times, si se suman las subvenciones directas y las otorgadas para la compra de vehículos eléctricos, las deducciones fiscales, los préstamos a tipos reducidos o los ingresos ligados a la venta de emisiones de CO2, Tesla se habría beneficiado de 2.400 millones de dólares en ayudas. ¿Está justificado semejante esfuerzo público para una empresa de gama alta?

 

DATOS

154

Millones de dólares es el montante de las pérdidas de Tesla en el primer trimestre de 2015