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Del arte de enriquecerse

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Febrero 2021 / 88

Ajuste de cuentas: El PIB de Irlanda creció el 34% en 2015 gracias a empresas tecnológicas como Apple. Los irlandeses, sin embargo, apenas lo notaron.

Las empresas 
de EE UU han transferido a sus filiales irlandesas activos inmateriales equivalentes a 545.000 millones de euros, 
tres veces 
el PIB de Irlanda

Es la contabilidad nacional la que nos enseña. Entre 2014 y 2015, el PIB de Irlanda pasó de 195.000 millones de euros a 262.000 millones. Fue un salto histórico de más del 34% que haría palidecer de envidia a China con su exiguo 10%. Y alegrarse a los irlandeses porque —todos los economistas o casi todos nos lo explican, incluido yo en  el libro Déchiffrer l´économie (descifrar la economía)—  a un aumento del PIB le siguen los del empleo y la renta de los hogares. La publicación, en 2016, de esas cifras, causó una auténtica conmoción, sobre todo en los medios liberales: no hay duda de que una fiscalidad baja para las sociedades —el impuesto sobre los beneficios de estas es en Irlanda el más bajo de toda la UE— las estimula, para beneficio de todos. En resumen, un modelo y la prueba de que la economía del goteo no es un espejismo.

Los milagros no existen

Si embargo, los contables nacionales —que no creen en los milagros y buscan el porqué de las cosas—tenían sus dudas. A pesar de ese aumento histórico del PIB, el empleo no había cambiado demasiado y la renta de los hogares, tampoco. Era como si se hubiera vertido un litro y medio de agua en una botella de un litro sin que se desbordara. Curioso, muy curioso… Se pusieron a buscar la razón y la encontraron. 

¿Quién dice que los capitalistas no son inteligentes?

Irlanda es prácticamente un paraíso fiscal. No solo el tipo oficial impositivo de las sociedades es bajo (el 12,5%, frente al 31% en Francia y el 25% en España), sino que hay una sensible desgravación sobre los ingresos procedentes de “activos inmateriales” (patentes, marcas, investigación y desarrollo, etc.) cuando esos activos han sido adquiridos por filiales irlandesas de las firmas multinacionales. Como, por ejemplo, es el caso de Apple. Además, la legislación estadounidense protege menos los datos digitales de las firmas que la de la UE. Menos impuestos y más seguridad: ¡viva Irlanda! Se produce entonces la estampida, sobre todo por parte de Estados Unidos, que han transferido a sus filiales irlandesas activos inmateriales por valor de… 545.000 millones de euros (tres veces el PIB irlandés). Es cierto que parte de esas entradas se diseminó rápidamente por las filiales situadas en China y otras partes. Y aquí es cuando el asunto empieza a parecerse a una novela de John Le Carré.

Inmorales

Llamaremos Apple-1 a la filial irlandesa que ha recibido los aportes de activos. Los iPad se fabrican en China en una empresa que denominaremos Apple-2. Apple-1 transfiere a Apple-2 los elementos necesarios (microchips, etcétera), paga la factura de la subcontratación (“trabajo por encargo”) e indica dónde enviar los productos terminados que Apple-1 factura. La producción es irlandesa (aunque ningún iPad haya puesto los pies en Irlanda), los beneficios, también, casi libres de impuestos (0,05% para Apple-1 según la investigación de la Comisión Europea). Pero la gran mayoría de esos beneficios pasan a los centros financieros de la multinacional, que es la que se beneficia de la situación. Apple se ha enriquecido, no los irlandeses, y la UE puede decir que produce iPad en gran cantidad. Nada es ilegal. ¿Quién dice que los capitalistas no son inteligentes? A lo que podríamos añadir “e inmorales hasta la náusea”.