IBEX 35: la hora de la responsabilidad
Equidad: Las grandes empresas tienen la obligación de pagar sus impuestos, retribuir por igual a hombres y mujeres y favorecer un reparto más justo de las rentas.
Nos ha durado poco la alegría. Los tímidos avances logrados en España en los últimos años en la lucha contra la desigualdad han sido completamente arrasados por la crisis del coronavirus. La pandemia ha vuelto a poner el dedo en la llaga: el modelo productivo español, muy dependiente de sectores en los que predomina el empleo de baja calidad —como el turismo, la construcción y la hostelería—, es un modelo que encaja muy mal las embestidas. Una vez más, como ya ocurrió con la crisis de 2008, el golpe ha ido directo a la mandíbula de las familias más vulnerables.
La responsabilidad es compartida. Además del Gobierno, las grandes empresas tienen un rol clave en los esfuerzos para reducir la desigualdad. Las acciones concretas llevadas a cabo por determinadas empresas para contribuir a amortiguar el impacto de la emergencia sanitaria son bienvenidas, pero estas iniciativas no pueden enmascarar la ausencia de voluntad para adoptar prácticas que generen cambios positivos de mayor calado. Como explicamos en el último informe de Oxfam Intermón, La Hora del Compromiso, incluso cuando la creación de empleo roza la quimera, todavía es mucho lo que las grandes empresas pueden y deben hacer para avanzar hacia sociedades más justas y equitativas.
Paraísos fiscales
Las grandes empresas pueden, y deben, pagar los impuestos que les corresponde. Las empresas del IBEX 35 todavía tienen 740 filiales en paraísos fiscales, y muestran déficits importantes en la transparencia de sus políticas y prácticas tributarias. Las empresas que mantienen filiales en paraísos fiscales sin desarrollar actividades económicas sustantivas son sospechosas de adoptar prácticas fiscales agresivas para reducir de forma artificial el pago de impuestos y, por tanto, de mermar la capacidad del Gobierno para hacer frente a crisis como la que atravesamos.
Las grandes empresas también pueden, y deben, acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres. En 2019, las mujeres de las empresas del IBEX 35 cobraron de media el 15% menos que los hombres. La brecha salarial de género en Banco Santander, Endesa y ACS incluso duplicó la media. Además, la remuneración del primer ejecutivo en las empresas del IBEX 35 fue 121 veces superior a su salario medio, una proporción obscena. ACS (531), Acciona (275) e Inditex (272) lideran la clasificación de la desigualdad salarial.
Por último, las grandes empresas pueden contribuir a lograr un reparto más equitativo de las rentas. Hasta 20 empresas del IBEX 35 repartieron un total de 9.500 millones de euros a sus accionistas durante el segundo y tercer trimestre de 2020, una distribución de rentas generosa y voluntaria, que se concentra en pocas manos, que tributa por debajo de las rentas del trabajo y que contrasta con los alarmantes niveles de precariedad laboral. Mientras crece la riqueza del 1% más rico, el 13% de las personas trabajadoras en España reciben salarios de miseria y viven bordeando la pobreza.
Se deben pagar los impuestos que corresponde, asegurar la equidad salarial y lograr un reparto más equitativo de las rentas. La solidaridad, cuando vienen mal dadas, es útil, pero no puede eximir a nadie de cumplir con sus responsabilidades legales y sociales.