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Interpretaciones forzadas

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Enero 2018 / 54

La salida del Reino Unido de la UE y el proceso independentista catalán se apoyaron en promesas económicas falsas y en cálculos difícilmente justificables.

ILUSTRACIÓN: PEDRO STRUKELJ

 
Andrew Marr, periodista estrella de la BBC, sostuvo que el Brexit ganó “porque muchos se habían quedado atrás, estaban furiosos y desde la crisis financiera de 2008 habían acumulado un gran desprecio por las élites políticas; en esas circunstancias, cualquier referéndum se reduce a una sola pregunta: ¿está contento con cómo están las cosas?, y la respuesta fue: NO.”
 
El director de la campaña a favor del Brexit, Dominic Cummings, respondió a Marr que su explicación era “atractiva psicológicamente, pero errónea”.
 
Cummings dice que el Brexit ganó por la promesa económica de que fuera de la UE, el Reino Unido tendría 350 millones de libras más a la semana, con las que se podría financiar un hospital nuevo con todo su personal. Los 350 millones se pintaron en el autobús de campaña, eran mencionados en la primera intervención en los debates por Boris Johnson y Nigel Farage y fueron objeto de anuncios de televisión dignos de George Lucas.
 
Cummings es tajante asegurando que reemplazando los 350 millones por el otro lema con el que se sentían más cómodos, “Go Global”, el Brexit hubiera perdido, ya que, como explica su especialista en encuestas, “los 350 millones ganaban de largo a cualquier otro argumento económico a favor de permanecer en la UE”.
 
 
EL ESTADO MÁS AUSTERO
 
Pasemos a Catalunya. En los últimos años, el ex vicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras ha explicado un argumento equivalente de múltiples maneras:
 

Los 350 millones ahorro semanal ganaron el debate del Brexit

El independentismo catalán también augura un beneficio económico

- En Catalunya, cada año desaparecen 16.000 millones de euros de nuestra economía, más de la mitad de impuestos que pagamos se van hacia el Estado español y no vuelven de ningún modo”.
- “[Con la independencia] no habrá dificultades porque Catalunya es el Estado occidental más austero; donde hay más diferencia entre lo que se recauda por la vía de los impuestos y lo que se gasta por la vía del gasto e inversión públicos de todo Occidente es en Catalunya, y la diferencia es de 16.000 millones”.
- El déficit fiscal de Catalunya “es de una magnitud que no resiste comparaciones en Europa y tanto es así, que las aportaciones del land más rico de Alemania no llegan ni a la mitad del déficit catalán; por eso hablamos de expolio, de un maná ingente de recursos que fluye hacia Madrid y que no devuelve nunca”.
 
- “El déficit fiscal es bestial y espantoso” y “el daño que hace cada año es el triple del efecto acumulado de la crisis”;  “sin déficit, no hubiera habido recortes” y “los catalanes ya tendrían el piso o la hipoteca pagados”.
 
- “Catalunya paga mucho más de la riqueza que genera y recibe mucho menos de lo que representa por población”, “hay regiones receptoras de la solidaridad catalana que acaban con una renta per cápita más alta que Catalunya como resultado de la propia solidaridad”.
 
- “El Estado español nos estrangula y quiere que nuestra gente sufra.”
 
En el terreno político, el ex consejero de Economía Andreu Mas-Colell ha declarado: “Dentro de unos años veremos que parte de lo que nos ha pasado es una consecuencia de una interpretación forzada del 27-S y también del 1-O.” Sin duda, lo fue pensar que con el 47,8% de los votos había un mandato para la independencia unilateral. En el terreno económico ha pasado lo mismo: todo el argumentario se asienta en una “interpretación forzada”. Esta vez, del déficit fiscal de Catalunya.
 
De las declaraciones de Junqueras es imposible no deducir que, al producirse la independencia, la Generalitat dispondría de una sustancial mejora de sus ingresos. Pues bien, el 24 de julio de 2015, en el periódico Ara, el periodista Antoni Bassas preguntó a Mas-Colell: “¿Es posible resolver el eje social sin la independencia?”
 
Uno hubiera esperado una respuesta semejante a:  “Mire usted, los países, por ricos que sean, nunca lo resuelven del todo, pero teniendo en cuenta que nuestro presupuesto actual global de sanidad, educación y servicios sociales es de aproximadamente unos 16.000 millones de euros, disponer de los 16.000 millones adicionales que nos proporcionaría la independencia sin duda nos permitiría dar un gran salto adelante”.
 
 
SERVICIOS PÚBLICOS
 
Pero no. Mas-Colell respondió:  “No creo que el tema de la independencia tenga que plantearse en función de intereses económicos muy inmediatos. (…) Haciendo una contabilidad global como la hemos hecho en uno de los anexos a los últimos presupuestos, la contabilidad global de Catalunya estaría en superávit. Con los impuestos que actualmente pagamos podemos cubrir el coste de todos los servicios públicos que recibimos y aún quedaría un pequeño excedente”.
 
Sí, Mas-Colell dijo “pequeño excedente”.
 
En la rueda de prensa en que presentó la “contabilidad global”, Mas-Colell dijo:  “Es un intento de dar de una forma consolidada el total de impuestos que se pagan en Catalunya y el total de gastos directos y indirectos que afectan a los ciudadanos de Catalunya; cuando se hace esta cuenta resulta que el global da un superávit para España de 2.405 millones de euros. Por tanto, las cifras pretenden ser una buena estimación de lo que serían las cuentas de Catalunya en cualquier configuración institucional”.
 
Posteriormente, en su libro Volem la independència?, Albert Carreras, secretario de Economía con Mas-Colell, dijo que la cifra de los 2.405 millones “se podría considerar el punto de partida del presupuesto de las administraciones de la Catalunya independiente.” Y después de analizar la liquidación del presupuesto de 2015, Carreras redujo la cifra a 428 millones (Revista de Catalunya, 2006/1).
 
Así pues, Junqueras dice que la Generalitat de una Catalunya independiente dispondría de 16.000 millones de más todos los años y Mas-Colell/Carreras dicen que sólo serían 428 en un año bueno como 2015.  La diferencia es notable.
 

Según Oriol Junqueras, Cataluña sería cuatro veces más rica

La república dispondría de 16.000 millones más, según sus defensores

Los 16.000 millones son un cálculo nada indicativo del beneficio fiscal de la independencia ya que, entre otros factores, está calculado: a) contando sólo el coste de los servicios que el Estado presta en Cataluña, y darlos por buenos significa asumir que, por ejemplo, las embajadas que están en el extranjero o los ordenadores centrales de la Agencia Tributaria que están en Madrid le saldrían gratis a una Cataluña independiente, y b) contando como dinero disponible la parte que le toca a Cataluña del déficit del Estado, cuando la realidad es que para disponer de él la Generalitat debería endeudarse como  lo hace el Estado.
 
También hay que notar que la cifra de los 428 millones de la “contabilidad global”, además de desmentir a Junqueras, sólo se cumpliría si todo continuara igual; es decir, dentro de la Unión Europa, sin fuga de empresas y sin boicot comercial.
 
Cummings ha dicho que los brexiters “estaban felices de arriesgarse a parecer estúpidos con tal de ganar”. Desde luego, esa es la cara que se le quedó a muchos cuando al día siguiente del referéndum Farage reconoció que los 350 millones habían sido “un error”.  Error que él mismo había vendido en numerosas ocasiones, incluyendo las entrevistas con Marr. Días después, Greenpeace compró el célebre autobús anunciando los 350 millones y lo repintó con el lema Tiempo para la verdad delante del Parlamento británico. Per cápita, los 16.000 millones que se prometen en Cataluña son siete veces más dinero.
 
Junqueras también asegura que “una Catalunya independiente sería hoy casi cuatro veces más rica”. Multiplicando el PIB per cápita catalán por 3,5 da más del doble del danés y más del triple del alemán. Para alcanzar tal logro, el ex vicepresidente de la Generalitat interpreta el déficit fiscal como un crecimiento garantizado de la economía. Sin duda, una interpretación un tanto forzada.