Necesitamos más economía heterodoxa
Disidencia: Fiscalidad, marxismo, feminismo y poskeynesianismo centraron los debates de las Jornadas de Economía Crítica de la Universidad de León.
ILUSTRACIÓN: PEDRO STRUKELJ
La Universidad de León acogió durante los días 20 y 21 de septiembre las XVI Jornadas de Economía Crítica. Durante esos dos días, se expusieron 77 ponencias en sesiones paralelas y otras ocho más en tres sesiones plenarias, abarcando una amplia variedad de temas y de enfoques: la economía marxista, la economía ecológica, la economía feminista y la economía poskeynesiana, entre otros. Este año, el primer plenario contó con la presencia de Gérard Duménil y María Pazos. El primero explicó el enfoque que utiliza en su último libro, en el que define el capitalismo actual como capitalismo gerencial, al que caracteriza por la aparición de una nueva clase que dirige las empresas, lo que permitiría explicar el importante aumento de las desigualdades. María Pazos expuso también los rasgos del sistema actual tal cual los describe en su último libro: Contra el patriarcado. Pazos sitúa el machismo y la desigualdad de género en una posición explicativa preponderante para entender los principales problemas actuales.
En el segundo plenario, Valpy Fitzgerald y Susana Ruiz llevaron el debate hacia la fiscalidad, como, precisamente, uno de esos problemas. A partir del análisis de la fiscalidad internacional, Ruiz constató las dificultades existentes para encontrar vehículos impositivos que incidan directamente sobre las grandes fortunas y las empresas más grandes. Fitzgerald, tras mostrar la tendencia decreciente de la presión fiscal en todo el mundo, se centró en la difusión de una iniciativa internacional de la que él mismo forma parte: la Independent Commission for the Reform of International Corporate Taxation, que se ha propuesto como objetivo tanto el análisis de los problemas de fiscalidad existentes en el mundo como la elaboración de propuestas que permitan captar todos esos fondos que se están escapando.
El último plenario estuvo dedicado a debatir entre las ventajas e inconveniente de la Renta Básica Universal (RBU) y el Trabajo Garantizado (TG), así como acerca de la importancia de reconocer y redistribuir el trabajo de cuidados. José Luis Rey comenzó con una defensa de la RBU. Partiendo de la crítica a lo que denominó los enfoques “empleocéntricos”, enfatizó los problemas legales y filosóficos ligados a los programas de garantía del trabajo, centrándose en destacar la importancia que hoy día tendría buscar una alternativa que no condicione la subsistencia al mercado de trabajo. Alberto Garzón partió del análisis del aumento de la robotización de la economía para razonar que, en contra de la idea de que este derive en mayor desempleo tecnológico, dado que va a seguir habiendo trabajos que realizar, canalizar las políticas públicas hacia el TG deviene una forma pertinente de abordar los problemas existentes, incluyendo la visibilización de la gran cantidad de trabajo no remunerado existente. Tal es el caso del trabajo de cuidados, al que Paula Rodríguez Modroño dedicó la última ponencia del plenario, y el cierre de las jornadas. Su exposición se dedicó a caracterizar y dimensionar ese trabajo de cuidados, pero, sobre todo, enfatizó el nexo entre las reformas aplicadas en las últimas décadas (incluidas las derivadas de la última crisis económica) con el trabajo de cuidados, con el consiguiente empeoramiento para las condiciones de vida de las mujeres, responsables de ese trabajo, pero también de la población en conjunto. Terminó defendiendo la aplicación de política públicas que garanticen el acceso a los cuidados como un derecho humano básico.
PRESUPUESTOS Y GÉNERO
Además de estos plenarios, hubo otras tres sesiones que contaron con notable afluencia: una dedicada al análisis de la Economía Social y Solidaria y a los vínculos entre esta y la formación en economía; otra en la que se abordó la elaboración de presupuestos públicos desde un enfoque de género y una última que, en conmemoración del 200 aniversario del nacimiento de Marx puso a marxistas y poskeynesianos a debatir sobre sus diferentes enfoques en el análisis de la economía actual. En total, pasaron por las Jornadas casi 140 asistentes de siete países distintos, tanto del mundo académico como del activismo, lo que permitió y favoreció el surgimiento de diferentes debates y polémicas.
Las jornadas son una iniciativa que en estos momentos está promovida por la Asociación de Economía Crítica, y llevan realizándose cada dos años desde 1987. Al contar con la presencia de decididos economistas heterodoxos, constituyen un entorno ideal para conocer dónde están los debates sobre los límites la economía convencional. Por esto, las jornadas se suman a otras iniciativas como el movimiento posautista en Francia, que tuvo sus repercusiones también en España, o Economía Crítica y Crítica de la Economía.
MIRADA DISTINTA
A la economía que se imparte de forma abrumadoramente mayoritaria en las facultades le cuesta mirar a otras disciplinas; está excesivamente centrada en sí misma. Marion Fourcade, Etienne Ollion y Yann Algan publicaron en 2015 (Journal of Economic Perspectives, Vol. 29, No. 1) un artículo en el que mostraban el aislamiento de los economistas respecto a otras disciplinas y su menor interés en la interdisciplinariedad (mucho más acentuados que en ciencias políticas o en sociología). Esta concentración en su disciplina, no solo implica autosuficiencia en términos epistemológicos (el artículo habla de la “superioridad de los economistas”), sino que se reproduce también en su seno, de suerte que un pequeño número de departamentos ejerce un férreo control en la contratación de economistas para trabajar en las universidades estadounidenses, al tiempo que las revistas más prestigiosas del campo, publican en una proporción mucho mayor que en otras disciplinas los artículos que proceden de autores de esos mismos departamentos. Esta situación endogámica, aunque más marcada en Estados Unidos, tiene su réplica en Europa. Además, toda vez que la continuidad académica (incluyendo la certificación por parte de las autoridades españolas de que se está capacitado para dar clase en economía, requisito imprescindible para trabajar en la Universidad) exige la publicación en algunas de las que se consideran mejores revistas de economía, que son a las que nos hemos referido, es evidente que esto supone un desincentivo para adoptar enfoques que son más difíciles de publicar en ellas.
Las jornadas se iniciaron en 1987 y se celebran cada dos años
La endogamia de los norteamericanos ya se traslada a Europa
Pero, además, esto se convierte en un problema para la capacidad explicativa de la propia disciplina económica en un contexto de sociedades incuestionablemente complejas: la autosuficiencia con la que tiende a manifestarse la economía convencional dificulta la comprensión de fenómenos que nos afectan de forma evidente. Que estos problemas son cada vez más evidentes lo ponen de manifiesto iniciativas como CORE Econ, capaz de aglutinar a profesores como Antonio Cabrales (uno de los responsables de “Nada es gratis”) y Samuel Bowles (un economista heterodoxo estadounidense con cuyos libros nos hemos formado muchos economistas). Estas iniciativas son bienvenidas en la medida en que pretenden acercar la docencia de la economía al “mundo real” (utilizando sus propias palabras). Sin embargo, es necesario ir más allá, superar las limitaciones que estas iniciativas siguen teniendo (porque también las tienen) y abordar también las implicaciones políticas de los enfoques ortodoxos. La resolución de los últimos Premios del Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel son solo un ejemplo más de la falta que hacen disciplinas como la economía ecológica más audaz para comprender los problemas del mundo actual.
FOROS ALTERNATIVOS
Curiosamente, la crisis actual parecía inicialmente que podía tener algo positivo en términos de la hegemonía del pensamiento económico (dando lugar a cambios como los que tuvieron lugar tras las crisis de llas décadas de 1930 y 1970, con cambios opuestos entre sí, pero cambios al fin y al cabo). No ha sido así. Por ello, la proliferación de foros en los que podamos aprender y discutir enfoques económicos nuevos y/o diferentes son más necesarios que nunca, y a ello pretendieron contribuir las últimas Jornadas de Economía Crítica.
Más información: http://www.asociacioneconomiacritica.org/jec-2018/