¿Relanzar la economía sin aniquilar el planeta?
Europa: El fondo de recuperación debe fomentar prácticas más sostenibles y reducir la dependencia de las cadenas globales de suministro.
Para hacer frente a una crisis sanitaria de inéditas consecuencias a nivel humano, económico, financiero y monetario, Europa ha tomado una serie de decisiones de gran calado y con frecuencia innovadoras. Pero, a la hora de relanzar la economía, existe el gran riesgo de que los jefes de Estado solo se pongan de acuerdo en medidas mínimas. Por esta razón, la creación de un fondo europeo de recuperación y transición dotado con medios sustanciales parece deseable.
Tres objetivos
Ese fondo debe tener un triple objetivo: lograr que nuestras sociedades sean más resilientes ante futuros choques, ya se trate de epidemias o de otras catástrofes naturales; adaptar nuestros sistemas de producción y de energía a los objetivos europeos de neutralidad de carbono para 2050, y frenar la destrucción de la biodiversidad; hacer que nuestras economías y sistemas sociales sean menos dependientes de las cadenas mundiales de suministro de bienes estratégicos y de primera necesidad. Es preciso que la reactivación contribuya, además, a paliar las consecuencias ineludibles de la transición ecológica, con medidas de apoyo a la reconversión de los empleos en las regiones y sectores más afectados.
Este fondo permitiría a cada Estado beneficiarse de las condiciones de los préstamos de la Unión Europea para inversiones en bienes comunes europeos: preparación para futuros riesgos, aislamiento térmico de la construcción, transporte bajo en carbono, agricultura sostenible, relocalización industrial, formación en oficios relacionados con la transición ecológica, reconversión profesional en los sectores más contaminantes...
La pandemia puede forzar la reinvención de la UE. No están los tiempos para medias tintas
El fondo estaría en su mayor parte financiado por la emisión de obligaciones garantizadas por la Unión Europea al plazo más largo posible. Con el tiempo, podría alimentarse con un impuesto europeo que se utilizaría exclusivamente para las amortizaciones. Los derechos de giro se establecerían teniendo en cuenta la población y la renta por habitante de los distintos Estados miembros, así como las consecuencias de la crisis sobre el empleo y la actividad económica en cada uno de ellos.
Reflexión sobre la gobernanza
El establecimiento de ese fondo de relanzamiento y de transición deberá ir acompañado por la revisión de las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que garantiza la coordinación presupuestaria de los Estados miembros, focalizándose sobre todo en los indicadores relacionados con la deuda y el déficit públicos. Estas normas están en la actualidad en suspenso por circunstancias excepcionales, pero su reactivación conduciría a exigir a algunos países europeos que emprendan una trayectoria de reducción del déficit público y de desendeudamiento imposible de respetar. Ya antes de la crisis de la covid-19, la Comisión Europea había iniciado una reflexión sobre la reforma de la gobernanza europea. Dicha reflexión es hoy más imperiosa que nunca.
La pandemia ha puesto a prueba a la Unión Europea y puede llevarla a reinventarse. No están los tiempos para medias tintas.