Los seis principios de la contabilidad social
Universalidad Debe poder servir para todo tipo de organizaciones.
Sistematicidad Uniforme y continuada a lo largo del tiempo.
Intersectorialidad Permite la comparación entre organizaciones de diferentes sectores.
Integralidad Incluye el valor de mercado y también el que no forma parte del mercado oficial.
Perspectiva multistakeholder Orientada al conjunto de los grupos de interés de una organización.
Fiabilidad Estandarización de las fórmulas para aproximarse a los valores razonables a partir del acuerdo entre una comunidad de entidades usuarias.
Y durante todo el proceso se operará a partir de cuatro presupuestos:
Action Research o investigación participativa Se trata de un enfoque en el que la investigación y la participación son factores clave en la ejecución del proceso. Una investigación participativa, en la que la formación de un grupo de trabajo mixto, con la implicación de personas con alto nivel de responsabilidad en la organización es especialmente importante. Este equipo va entendiendo y dando validez a los resultados parciales y finales del proceso.
En lugar de suponer que la realidad es un objeto ajeno al investigador, al que este se aproxima de forma objetiva, se opta por equipos mixtos con implicación necesaria de responsables de alto nivel de la organización. Esto permite garantizar que el análisis se realiza sobre la realidad y no sobre una mera imagen ficticia de la entidad.
Por otro lado, facilita la explotación de los resultados y la posterior incorporación de la contabilidad social como proceso estable en la organización.
Perspectiva fenomenológica Está basada en el valor percibido por los grupos de interés (o stakeholders), no el que la propia organización cree que genera.
Teoría de stakeholder Incluye el conjunto de los grupos de interés, entendiendo como tales aquellos grupos de personas o entidades que se ven afectadas por la actividad de la organización.
Valor razonable y lógica borrosa Bajo criterios de prudencia y fiabilidad contable, se articula un proceso de validación de proxies (estimación de valor) tomando como primeras referencias el valor de mercado o el valor de mercado de bienes o servicios asimilables. La monetización final descansará en el presupuesto de lógica borrosa, por el que se trabajará sobre rangos difusos de valor, siempre con carácter provisional hasta la validación y acuerdo por el grupo de trabajo.
Un modelo poliédrico
El proceso de contabilidad social propuesto tiene un carácter analítico-sintético. Ello implica, por un lado, la descomposición del valor en la organización en diversas partes —variables de valor (VV)— para hacerlo comprensible y estudiar cada una de ellas en mayor profundidad: esta es la parte analítica.
Posteriormente, a través de la fase sintética, se integran las diferentes partes en un todo que permite una visualización múltiple (poliédrica). De esta forma, puede apreciarse simultáneamente el valor social del conjunto y, al mismo tiempo, los diversos ecosistemas de valor, como el valor específico relacionado con cada grupo de interés (stakeholder), el valor compartido, el valor social específico, el valor social generado por la actividad mercantil, el retorno económico a la Administración, el valor consolidado, el equilibrio de valor entre los diversos grupos de interés… y cuantos análisis específicos se quieran generar a partir de los resultados obtenidos.
El modelo poliédrico que sirve de soporte a este proceso analítico sintético se plasma en la figura II, expuesta anteriormente en el gráfico dentro del artículo ¿Por qué es necesaria una contabilidad social?.
Las diferentes áreas representan el valor generado (SV) para cada uno de los grupos de interés relacionados con la actividad del emprendimiento (grupo de interés o stakeholder número). Estos valores no tienen por qué ser coincidentes. Lo normal es que en algunas variables coincidan y en otras no.
El núcleo central representa el conjunto de valor atribuido a las variables coincidentes, lo que podríamos denominar valor compartido (shared value). Se calculará mediante el sumatorio de los valores coincidentes para el conjunto de grupos de interés.
Complementariamente, también habrá valores generados para un grupo de interés particular que no sean coincidentes con los de los otros actores.
La consolidación del total del valor generado por la organización para el conjunto de grupos de interés constituirá el valor integral generado.
Al tratarse de una simplificación, el modelo gráfico no visualiza los posibles valores compartidos solo de forma parcial entre algunos de los stakeholders, sin que afecten al conjunto de los mismos. No ocurre así con el sistema de cálculo, en el que estos valores sí se tienen en cuenta y se cuantifican.
Este modelo también nos permite apreciar la importancia de la alineación de intereses entre los diferentes grupos de interés partiendo no ya del diseño, sino del resultado. En el caso de confluencia entre el valor compartido y el valor consolidado, se daría una mejor alineación de los intereses de los grupos de interés relacionados con la organización. En este caso, el retorno percibido por cada uno sería siempre mucho mayor que si ambos valores fueran muy distantes. Es de suponer que la alineación de intereses y el incremento del retorno percibido ayudará siempre a la alineación de los recursos vinculados a cada uno de los grupos de interés.
FAQS
¿Cuánto dura un proceso para la implantación de la contabilidad social?
Aunque se estableció un estándar de seis meses para la primera vez que una organización acomete el proceso, es muy variable. Viene condicionado por muchos factores, entre otros: el tipo de organización, su dimensión, la intensidad del diálogo con los grupos de interés, la disponibilidad de outputs y las propias aspiraciones de la organización. En años sucesivos, el proceso es mucho más ágil, puesto que el diálogo con los grupos de interés no se repite todos los años.
¿La contabilidad social es lo mismo que la metodología SROI (retorno social de la inversión)? ¿En qué se diferencian?
La metodología SROI está orientada a identificar si una inversión es pertinente desde el punto de vista social, mientras que la contabilidad social cuantifica el valor social generado por una organización en un periodo de tiempo, normalmente un ejercicio contable.
La metodología SROI, además, se centra en el valor generado para los inversores frente al enfoque de la contabilidad social, que abarca a todos los grupos de interés. La metodología SROI se focaliza en la eficiencia, mientras que la contabilidad social lo hace en el valor añadido. En cualquier caso, el SROI es un indicador que también proporciona la contabilidad social junto con otras informaciones e indicadores que permiten un análisis de la eficacia y la eficiencia del gasto y de la gestión de una organización.
¿La contabilidad social es compatible con la metodología de la GRI (Guía para la elaboración de memorias de sostenibilidad)?
La GRI es una iniciativa de alcance mundial con una trayectoria de desarrollo importante e implantada a día de hoy especialmente en grandes organizaciones y multinacionales para la redacción de sus memorias de sostenibilidad. A diferencia de la contabilidad social, cuantifica indicadores, pero no los monetiza. Por tanto, los resultados no son fácilmente comparables.
Como otras metodologías existentes, tiene puntos de enganche con la contabilidad social, con lo que son efectivamente compatibles. Por ejemplo, el análisis de materialidad de la metodología GRI se asemeja a la identificación de variables de valor de la contabilidad social. A partir de ahí, la contabilidad social puede aportar una complementariedad interesante al planteamiento de la GRI. En la actualidad, hay un grupo de trabajo cuyo objetivo es conectar la metodología GRI con la contabilidad social.