Cooperativas y formación
Toda mi vida he trabajado en la economía social y soy lector, aunque confieso que ocasional, de vuestra revista. Me animo a escribiros porque echo en falta que, al margen de dar a conocer la actividad que llevan a cabo numerosas cooperativas y otras entidades del sector, cosa que me parece bien, expliquéis más a fondo cómo los continuos cambios normativos nos afectan a quienes nos movemos en esta parte de la realidad económica.
Iba a poner como ejemplo la reforma fiscal cuando otro más reciente me vino a la cabeza, al constatar el modo en que la prensa ha informado sobre la reforma de los fondos para formación profesional para el empleo que ha aprobado el Gobierno hace poco. En general, los medios se han limitado a reflejar el enfado de los representantes de los empresarios y de los sindicatos porque el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, les ha apartado de la gestión de dichos fondos, bajo el pretexto del desmantelamiento de tinglados proclives a la corrupción.
Aunque, como ciudadano, estoy preocupado por el modo en que se canalizan unos recursos que deberían ser un instrumento claro para combatir el paro y crear empleo de calidad, no quisiera hacerle el juego al Gobierno metiéndole el dedo en el ojo a quienes pudieron haberlo hecho mejor y jaleándole en sus politiqueos. Pero sí creo que es una buena cosa que, en la definición de las claves del nuevo modelo, el Ministerio de Empleo haya considerado a los agentes sociales de un modo inclusivo, pues éstos no sólo comprenden patronales y sindicatos, sino también a autónomos y, por la parte que me toca, a los miembros de la economía social. Por una vez se nos promete “un protagonismo esencial por su cercanía a la realidad productiva”, aunque veremos en qué queda.Creo que los medios ningunean la economía social. O no la han descubierto o tienen interés en no descubrirla.
Francisco Berzosa, Granada