De charcas y grandes batracios
Hay dos cosas que no se pueden esconder y que siempre acaban encontrando la rendija por la que mostrarse. Una es el humo; la otra, el dinero. Siguiendo este elemental, pedestre e infalible principio —físico, en el primer caso, fruto de la soberbia y la irreprimible ansia de aparentar en el segundo— era imposible que la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, del PP madrileño y del Grupo del PP en el Ayuntamiento de la capital de España, la que en un tiempo no lejano fuera la todopoderosa Esperanza Aguirre, no supiera del altísimo nivel de vida de su delfín, Ignacio...