Dudas sobre la certificación energética de edificios

Un año completo impartiendo cursos a arquitectos e ingenieros por el territorio sobre el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética, me ha permitido constatar que sus desazones sobre las finalidades de la nueva normativa son una realidad. Pese a que ya hace unos meses desde su aplicación, por diferentes razones que ahora abordaré, nos encontramos ante un proceso burocrático más, sin aplicación práctica en la rehabilitación energética del ineficiente stock de edificios del país.

1. El decreto español viene obligado por la directiva europea 2010/31, que apuesta seriamente por reducir el impacto del efecto invernadero. Esta mentalidad norteña no se ha trasladado al pensamiento del sur europeo. La negación del cambio climático por el presidente del Gobierno explica por qué las emisiones de España no cesan de crecer.

2. La situación de colapso económico del país tampoco ayuda en nada e, incluso, les sirve de excusa. Día tras día, vemos cómo los posibles fondos destinados a proyectos medioambientales se consideran secundarios en tiempos de recesión en los países que viven al día menospreciando la sostenibilidad del planeta.

3. En épocas de vacas gordas sucede lo mismo. Solo hace falta recorrer la región más rica de Alemania para ver cómo sus viejos trenes repintados contrastan con miles de tejados fotovoltaicos. Aquí estrenamos aeropuertos y ferrocarriles de alta velocidad innecesarios y penalizamos el autoconsumo energético. 

Así pues, como que a nuestras administraciones el futuro del planeta no les importa mucho, quiero pediros que trabajemos todos juntos de una vez para sacarnos los disfraces.

Pol Ansó (Barcelona)