Inversión responsable en vivienda

El Dossier sobre vivienda del número de noviembre de Alternativas Económicas demuestra una vez más el oficio periodístico que da valor a esta revista. Pienso que sería acorde con la vocación de Alternativas seguir insistiendo en esta cuestión. No sólo contar (y bien) lo que sucede, sino proponer y dar voz a alternativas sistémicas.

Porque, en el fondo, la actuación de Blackstone y los fondos buitre es consecuencia de que entre todos —administraciones, promotores y ciudadanos— hayamos admitido que la vivienda se haya convertido en lo que Polanyi calificaría como una mercancía ficticia, sujeta a los vaivenes de los mecanismos de mercado, hoy a su vez cada vez más pendientes de la volubilidad de las finanzas. Sólo quienes no hayan comprado una vivienda (o una hipoteca) con la expectativa de venderla más cara en algún momento pueden tirar la primera piedra. 

Partamos de constatar que en Catalunya, por ejemplo, el parque actual de vivienda asequible en alquiler es un orden de magnitud menor del deseable. La actuación paliativa de algunas administraciones, de la PAH y de organizaciones como Sostre Cívic, es loable, pero será insuficiente para cubrir el déficit.

Hay experiencias que demuestran que la inversión a medio plazo en vivienda asequible en alquiler puede ser rentable (hoy por hoy más que los depósitos en la banca). ¿No se podría intentar crear productos de inversión responsable dirigidos a este objetivo, que fueran widefunded, atractivos tanto para particulares como para inversores de impacto? Seguro que hay promotores socialmente responsables, dispuestos a comprometerse con un código ético no especulativo, y concertarlo con las políticas de cesión temporal de suelo o de inmuebles por parte de las administraciones. Para construir así una alianza cívica, público-privada, contra el capitalismo salvaje de los Blackstones y sus cómplices.

Una innovación social en toda regla. ¿Una utopía? Tal vez. Pero de esta materia están hechos los sueños.

Ricard Ruiz de Querol