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La luz

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Noviembre 2021 / 96

1.- La energía nuclear y la hidroeléctrica se pagan como la producida por la central de ciclo combinado de gas, que además paga por el CO2 contaminante, por cogeneración y residuos. El negocio es redondo. Si lo extendemos a otros ámbitos de la economía, este sistema marginalista supone que si nos compramos un utilitario Focus C4, pagaríamos el precio del coche más caro: por ejemplo, el más barato de los Ferrari (250.000 euros). Al comprar una casa pagaremos el precio más caro, como el de las casas de Messi y Sergio Ramos en París.

2.- Las energías renovables abaratan la producción, pero tenemos que pagar más para llegar al precio del kilovatio/hora que se ha fijado.

3.- Cuando tengo el coche parado, no pago gasolina. Si no bebo alcohol, no gasto dinero. Si no fumo, no pago por el tabaco. Si no consumo luz, sí pago por los costes fijos por la potencia contratada.

4.- El precio del gas lo ponen Rusia y Argelia, cada uno de ellos con problemas con los países que atraviesan los gaseoductos (Ucrania y Marruecos, respectivamente), que quieren su tajada del pastel.

5.- Por darle la puntilla al recibo de la luz, me gustaría añadir que ya hemos pagado la moratoria nuclear, las ayudas al carbón, los incentivos a las renovables, la red de distribución, los famosos costes de transición a la competencia o CTC y el déficit de tarifa con estimaciones de las compañías eléctricas.

6.- Gracias, Europa. La transparencia no obliga a las compañías a decir claramente cuánto cuesta producir un kW/h.

7.- Y aquí, como somos más papistas que el Papa, nos negamos a tener compañías públicas de electricidad, cuando una empresa pública italiana, Enel, tiene el 70% de Endesa.

8.- Para más inri, Iberdrola tiene 69 filiales en paraísos fiscales, Endesa solo 2, y Gas Natural Fenosa, 19, además de las filiales que tienen en las que participan como accionistas.

9.- Este fraude lo pagamos todos: casi el 90% de lo recaudado por el Estado. Las grandes empresas, el 4%, según Oxfam.

10.- Con tanto beneficio para las empresas eléctricas, ¿no es más práctico subirles los impuestos a ellas?

Fernando Pastor Madalena