Nuestra estimada y desangrada Sanidad Pública
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CAROLINA ACKERMANN
Esta nota es un relato en un día nublado, gris por decadencia; triste por inercia…
Sólo sale el sol en mi personal espíritu de luchadora. Esta lucha que hoy se inspira desde dentro mismo de la criatura: nuestra estimada y desangrada sanidad pública.
Escribo ingresada en el hospital de Viladecans por una hernia discal que se ha complicado. El comentario positivo de estos más de 20 días por parte de muchos, ha sido: “Bueno, al menos estás aprovechando para descansar y estás calentita”. Lamento decepcionarles. No hay más que indignación en mí y eso no me deja descansar”. Y de “calentita”, nada: hemos pasado unos días de frío intenso donde el viento no ha distinguido: ha querido correr por todos los sitios disponibles y estas ventanas le han dado vía libre.
Se trata de asumir la enfermedad, no de indignarse. ¿Pero a quién no le indignaría que le dejen en los pasillos de urgencias esperando para poder tener una cama y a la vez saber que...
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