Rumbo a lo desconocido
MIGUEL PUENTE AJOVIN
Con un déficit del 10,6%, una tasa de paro del 27,2% (cifras superiores a las de 2011) y teniendo en cuenta que la austeridad no es expansiva, nos enfrentamos ante la cruda realidad: La política económica europea es self-defeating, esto es, lejos de mejorar los problemas, los empeora. Europa ya se ha dado cuenta, pero no solo no cambia el discurso, sino que disminuye su intensidad, mientras que otros, como el Fondo Monetario Intenacional (FMI), actúan de forma bipolar.
Nos relajan el objetivo de déficit a cambio de que adoptemos más medidas de austeridad. ¿Soy el único que ve la inconsistencia en el discurso?
En el discurso, claro, porque el objetivo es otro bien distinto: Disfrazar la futura recuperación económica en la falsa causalidad temporal de unas medidas incorrectas. Como cuando dicen que la reforma laboral creará empleo cuando se cree empleo.
Mientras se preocupan de arreglar el sistema financiero, se cargan el sector público, retrasan las medidas de corte estructural (¿quién habla ya del cambio de modelo productivo?) y nos coartan la posibilidad de pedir responsabilidades gracias a la trampa que es la estructura actual de la moneda única (“para atraerlos a todos y atarlos en la tinieblas”), que nos ha dejado sin soberanía política.
Permanecemos sentados en la parte de atrás de un coche que va rumbo a lo desconocido, mientras nos preguntamos: ¿Falta mucho?
Y falta. Así que más nos vale buscar alternativas o nos quedaremos dormidos.