Una creación más democrática
Internet ha sido clave en el desarrollo de nuevas formas culturales, especialmente en el terreno de la creación artística y la divulgación del conocimiento. Si antiguamente la distribución de bienes culturales era casi exclusiva de empresas productoras de contenidos —sus directivos decidían cuándo y cómo se mostraban las creaciones que ellos mismos seleccionaban—, todo ha cambiado en apenas dos décadas. La digitalización ha traído consigo una drástica caída de los costes de producción y ha abierto las puertas a nuevos participantes, que ahora tienen la oportunidad de dar a conocer sus obras sin apenas intermediarios. Cualquiera, desde un ordenador o un teléfono móvil, puede volcar en Internet sus relatos literarios, sus vídeos o sus fotografías para que otros los disfruten.
En la Red conviven hoy gigantes como Youtube e Instagram con redes pequeñas sin ánimo de lucro especializadas en cine, literatura o música. Sin importar su tamaño, todas tienen en común ser plataformas para compartir contenidos.
PROFESIONALES Y AMATEURS
Como afirma Paul DiMaggio, profesor de Sociología de la Universidad de Princeton, la difusión cultural es ahora un mundo menos centralizado y más democrático en el que las redes especializadas de aficionados están sustituyendo a los mercados culturales de masas. Paul Lessig, de la Universidad de Stanford, sostiene que en determinados ámbitos, como la literatura, la fotografía y la música, las fronteras entre profesionales y aficionados han desaparecido.
Lessig es precisamente uno de los creadores de Creative Commons, una organización sin ánimo de lucro que ha contribuido a que la creatividad y el conocimiento fluyan libremente. Muchas de las nuevas plataformas trabajan con sus licencias de derechos de autor, que ofrecen a los creadores —bajo los términos de su elección— varias opciones para permitir que el público use y comparta su trabajo.
El desarrollo de Internet ha abierto las puertas a nuevos participantes
Las fronteras que separaban a profesionales y aficionados han desaparecido
Internet también ha hecho más fácil que los creadores pongan su grano de arena en causas políticas y sociales. Un ejemplo es la original campaña de Manuela Carmena a la alcaldía de Madrid, cuyo éxito se debe en buena parte al apoyo recibido de artistas en Youtube, Tinder, Whatsapp y Facebook. En palabras del profesor y periodista Bernardo Gutiérrez, la campaña de Carmena no sólo ha aplicado la filosofía del DIY (Do it Yourself, o hazlo tú mismo), sino que ha demostrado el valor del más contemporáneo DIWO (Do it With Others, o hazlo con otros).