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4. Una devaluación estimula el crecimiento

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Octubre 2020 / 84

Es uno de los postulados básicos del análisis económico: si se baja el precio de un producto, se puede vender más. Para aumentar las ventas de sus empresas en los mercados de otros países, para ser más competitivos, los gobiernos recurren a la devaluación: autorizan a que una unidad de moneda extranjera pueda comprar más productos de su país. Si con un mismo dólar se pueden obtener de golpe dos euros en lugar de uno, es lo mismo que si el precio de los bienes europeos fuera la mitad. Se trata de un modo rápido de ser competitivo en detrimento de los vecinos, razón por la cual estas políticas no están bien vistas por los socios comerciales.

Los bancos centrales también son muy cautos: aunque tras una devaluación los extranjeros pueden comprar a un precio más bajo los productos de un país, por el contrario, las empresas importadoras sufren un aumento de sus costes. Si necesitaban un euro para comprar un dólar de petróleo, ahora necesitan dos euros. Ello encarece los costes, luego los precios, y hace que aumente la inflación, algo que no les gusta a los bancos centrales.

POCA INFLUENCIA SOBRE LA ECONOMIA REAL

Al final, pues, el aumento de competitividad de las exportaciones sostiene la actividad gracias a un aumento de la demanda exterior, pero la subida de la inflación reduce el poder adquisitivo y disminuye la demanda interior. ¿Cuáles son sus consecuencias? La depreciación del dólar entre 2002 y 2014, la del yen japonés desde 2013, la de la moneda china en 2014 y la de la libra esterlina tras el voto a favor del brexit no han tenido ningún efecto en el crecimiento de la economía de esos países .  ¿Cómo se explica este fenómeno?

Los precios de los productos manufacturados, comercializados sobre todo a nivel mundial, son más sensibles a los movimientos de los tipos de cambio que los precios de los servicios, pero la disminución estructural del peso de la industria en los países avanzados reduce esa influencia. La globalización actúa en el mismo sentido, organizando las cadenas de producción a nivel mundial: los productos exportados por un país contienen un número creciente de bienes intermedios importados de otros países. Una devaluación hace que bajen los precios de las exportaciones pero, al mismo tiempo, provoca el aumento del precio de los componentes importados necesarios para su fabricación. Son unos componentes que ya no se fabrican en las viejas economías, donde los costes salariales son elevados, y que no se pueden sustituir por una producción local.

Se entiende, pues, que el efecto del tipo de cambio dependa del peso de los productos importados en las exportaciones, del 7% en Argentina hasta el 44% en Vietnam. En este tema no existe una ley universal.