Breve historia del crecimiento
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El crecimiento económico, que arrancó en la inglaterra del siglo XVIII, ha aumentado el nivel de vida de los países occidentales. Sin embargo, no ha traído consigo mayor felicidad.
Con las gafas de un economista, los 18 primeros siglos de nuestra era fluyeron de forma tranquila, salvo algunos altibajos. Tras una etapa de sufrimiento y de muertes, la vida reanudaba su curso y se recuperaba el nivel anterior de producción, si no se superaba ligeramente. La producción anual media avanzaba menos del 0,1%, según algunas estimaciones actuales, un progreso imperceptible anulado por el aumento de la población o acaparado por los ricos de entonces.
Esta aparente inmovilidad se acabó en el siglo XVIII. En Inglaterra, en 1701, Jettro Tull idea la cosechadora mecánica, el primer invento de una larga serie de máquinas agrícolas que, en tres siglos, permitieron multiplicar por más de cien la productividad de cada campesino. Este inglés, apasionado además por la...
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