Del turista al viajero y del turismo a la hospitalidad
Las plataformas han cambiado no solo los hábitos de consumo, sino también las formas de comportamiento de los usuarios.
Lisa Donnebrick es de Berlín, ella es programadora web y diseñadora gráfica, hace tiempo que tiene ganas de viajar, decide mudarse a Barcelona y pasar una temporada en ella, consigue algún encargo en Jobbatical, una web de oportunidades de empleo internacionales que le permite generar ingresos a distancia. Alquila un piso a través de Spotahome para tres meses, ya que luego quiere volver a moverse. No conoce la zona, por lo que decide alquilar un coche en Social Car para ir a darse un baño a Sitges. Por la tarde ha contratado una ruta con WithLocals para conocer la Barcelona fuera de la ruta turística, y por la noche, para acabar la jornada, ha reservado un espacio para cenar en EatWith. Quiere conocer gente de cualquier lugar mientras prueba la comida local.
VIAJAR CONECTADOS
Esta escena se repite con familias con niños, parejas solas o con amigos, hombres y mujeres de negocios, jubilados que hacen intercambio de casa a través de Guest2Guest porque sus hijos les han enseñado cómo hacerlo, y personas solas que viajan conectadas a través de su teléfono móvil a un mundo lleno de posibilidades que las conecten con lo local, su cultura, gastronomía, gentes, costumbres, es decir, buscan lo auténtico de los lugares que visitan.
¿Son todos ellos turistas? No, ahora los llamamos viajeros porque ya no encajan en el perfil tradicional de turista que todos tenemos en la cabeza y porque ahora las posibilidades de no viajar como un turista han incrementado de forma exponencial y todo ello gracias a las plataformas, que han cambiado no solo hábitos de consumo, sino también comportamientos de los usuarios.
Vivimos un cambio de modelo en muchos sentidos, venimos de una era marcada por la estandarización y la centralización de la producción donde One size fits all y estamos pasando a la era de las plataformas, donde cualquier persona puede generar valor en el ecosistema desde cualquier lugar y las empresas actúan como orquestadoras, coordinadoras de ese valor.
Nunca antes tanta personalización en cuanto a productos o servicios había sido posible, tantos como personas/entidades hay dentro de las plataformas, gracias a la larga cola (long tail en inglés), lo que hace que la innovación, además, sea continua y constante.
La conveniencia, el precio y la eficiencia transaccional lo hacen muy atractivo tanto para productores como para consumidores.
Cosas que veremos que irán en aumento: en el mundo de las experiencias, el subsector del turismo con más potencial de crecimiento, experiencias de todo tipo y para todos los gustos, desde las más comprometidas como U2Guide, donde el 1% se va a ONG que tú elijas, a quedar con gente para hacer planes divertidos en PlanAndGo.
La figura del conserje que todos tenemos en la cabeza pero tecnificado en forma de aplicación, para todo, para reservar un restaurante, un obra de teatro, un masaje o pedir consejo de planes chulos en el barrio.
Hotel Coliving combina el ‘coworking’ y el alojamiento temporal
Habrá ‘apps’ que conectarán a personas en la misma sintonía
El Hotel Coliving. Esta es una tendencia que viene pisando fuerte. Es la combinación entre el espacio de coworking y el alojamiento para personas que viajan a una ciudad a pasar una temporada y que necesitan de ambos espacios (el laboral y el doméstico) para vivir. Las cadenas hoteleras apuestan por ellos, pero también lo hacen las grandes inmobiliarias y en algunos casos se trata de una evolución de las clásicas residencias de estudiantes. En otros, son auténticos espacios de conexión con personas que llegan de todo el mundo y que se acompañan en el proceso de desarrollo profesional y personal. Bali es una gran centro de este último tipo.
Y es que hay un nicho interesante en la media estancia. Se trata de esos viajeros que quieren pasar una temporada en un ciudad y buscan servicios específicos adecuados a sus necesidades.
Crecerán los festivales y actividades que nos permitan conectarnos con nosotros mismos y con otras personas en la misma sintonía, buscando comunidades con las que se compartan intereses y valores, algunos como el Sound&Silence o la app, basada en el bienestar, para bailar por la mañana durante el fin de semana y llamada DayBreaker.
El turismo es un sector maduro pero en el mundo de la hospitalidad todavía hay espacio para la innovación. El reto es cómo lo convertimos, además, en una fuente de inclusión, de integración y de desarrollo territorial.