El prestamista de última instancia
No se engañe: el término no se ha acuñado pensando en su abuela, que le quiere tanto y le salvó aquella vez en que estaba tan endeudado que podían desahuciarle. Y mucho menos en la Mafia, que le prestó dinero cuando nadie quería hacerlo, pero que a cambio le impone un interés prohibitivo del 100% mensual y le amenaza con cortarle la mano derecha si no paga un plazo. El (auténtico) prestamista en última instancia no tiene nada que ver con una sanguijuela. Presta sumas, que pueden ser colosales, con unas condiciones particularmente favorables. Está incluso dispuesto a...