El retorno de la escasez
El agotamiento de las materias primas y los recursos naturales, más la degradación del medio ambiente, apuntan hacia la desaparición de la sociedad de la abundancia infinita.
La crisis iniciada en 2007 puede analizarse como una crisis sobre la escasez de recursos naturales. El crecimiento de los años precedentes había conducido a un alza de precios de los productos agrícolas y del petróleo, y redujo el poder de compra de los hogares norte-americanos, que accedieron a una vivienda en propiedad y ya no pudieron pagar su hipoteca. Cada intento de recuperación choca contra el encarecimiento de las materias primas; así pues, cualquier New Deal a la Roosevelt, para que sea duradero, está condenado a integrar elementos de conversión ecológica del aparato productivo. El crecimiento en los Gloriosos Treinta fue a crédito y se basó en recursos no renovables como el carbón y el petróleo. Cuando miles de millones de personas se han lanzado, además, a la carrera por el desarrollo, el precio de las materias primas se disparó, la tierra cultivable se hizo cada vez más escasa y la degradación del medio ambiente se fue amplificando, a veces de forma irremediable.
LA BIODIVERSIDAD Y EL AGUA
La degradación rápida de la diversidad de las especies amenaza a nuestras condiciones de vida. La biodiversidad, que es la existencia de miles de especies vivas, animales o vegetales, y la interacción entre ellas en distintos ecosistemas, ofrece servicios inestimables: descontamina el agua, fertiliza el suelo, regula el clima, poliniza las culturas, refuerza la resistencia de los sistemas agrícolas a los caprichos del tiempo. Sin olvidar el valor de la diversidad de los paisajes.
Los científicos afirman que una especie de cada 50.000 se extingue “de forma natural” cada siglo, pero este ritmo se ha acelerado por culpa de la acción humana, y en 2050 el citado ritmo podría alcanzar una cifra más de cien veces superior. El índice Planeta Vivo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que sintetiza la evolución de la biodiversidad animal a partir del seguimiento de miles de especies, ha descendido un 30% desde 1970 en el planeta. (más aún en las zonas tropicales o en las aguas dulces). Por ejemplo, ¡en seis décadas se ha pasado de extraer 13 millones de toneladas de peces a 70 millones! ,y más del 80% de los stocks de peces del mundo están en el límite de la sobreexplotación, sobreexplotados o agotados.
MALTHUS, A LA MESA
Durante mucho tiempo se creyó que los sombríos pronósticos de Thomas Malthus (1766-1834) no se materializarían, y que el progreso de la productividad agrícola iría siempre por delante del de la demografía. Pero los niveles de productividadd son difíciles de sobrepasar. Tras una fase de mejora de rendimientos, los abonos químicos, los herbicidas y pesticidas, la repetición de las cosechas en la misma tierra empobrecen el suelo y disminuyen la fertilidad. Producir alimentos sanos para más personas a partir de tierras menos fértiles es una ecuación ya difícil y será imposible si cada vez más seres humanos adoptan el régimen alimenticio de Occidente. De 34 kilos de carne por persona y año en 1992, el consumo medio mundial ha pasado a 43 kilos hoy, según el PNUE (Programa de la ONU para el Medio Ambiente). Producir una proteína animal requiere más tierras, agua, abono y trabajo que una vegetal. Pero para alimentar a la humanidad hacen falta, ante todo, tierras. La competencia sobre su uso es brutal: unas alimentan a las personas, otras dan de comer a los animales; en tercer lugar, necesitamos conservar los bosques y luego, zonas donde producir energía basada en agrocarburantes. Alimentar en un futuro a 10.000 millones de seres humanos y a la vez preservar el clima y la biodiversidad es más que un reto. Con 1.381 millones de hectáreas, la superficie agrícola mundial en 2009 pasó a ser inferior inferior a la de 1991.
La deforestación amenaza la supervivencia de 1.600 millones de personas, las precipitaciones, la biodiversidad u otros elementos de la lucha contra el calentamiento de la Tierra. Desde 1990, 300 millones de hectáreas de árboles han desaparecido (lo cual equivale a la superficie entera de Argentina), según la Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Donde más clama al cielo esta actividad es en el Amazonas, el Congo e Indonesia. El geógrafo Jared Diamond explica que la isla de Pascua quedó despoblada a partir del siglo XVII debido a una deforestación total.
EL "PEAK OIL"
La humanidad usa petróleo, carbón y gas para calentarise, desplazarse, producir o consumir. En pocas generaciones, hemos despilfarrado reservas formadas durante millones de años. El Instituto Francés del Petróleo y las Nuevas Energías asegura que el pico de producción de petróleo (peak oil) se alcanzará entre 2015 y 2025; el del gas, entre 2025 y 2045, y el del carbón, en 2100. A partir de ahí, la producción de estas materias primas caerá hasta la extinción de las reservas accesibles. Otros recursos como el cobre, el oro, la plata, el cinc, el uranio y los fosfatos no podrán, además, extraerse en volúmenes crecientes. Por eso no se habla solo de peak oil, sino de peak all (el pico de todo), que nos llegará en forma de escasez y de alza de precios. Para superar el desafío de una demanda creciente, la industria extractiva mundial gasta cada vez más dinero en descubrir yacimientos de más difícil acceso.
EL CLIMA NO ESPERA
En perspectiva
Tres escenarios catastróficos
1. El hundimiento
Biólogo de formación, Jared Diamond es también historiador y militante ecologista, y fue director del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Estados Unidos. En su libro Collapse: How Societies Choose to Fail or Succeed (‘Colapso: cómo las sociedades eligen fracasar o tener éxito’) , que causó sensación hace casi una década, describe los distintos escenarios que condujeron al ocaso de sociedades que habían sido muy prósperas, como los mayas, los habitantes de la Isla de Pascua o los vikingos de Groenlandia. Diamond sostiene que en todos los casos tuvo que ver el factor ecológico. Alude a la deforestación, a la erosión del suelo y a un exceso de pesca y de caza, así como a la introducción de especies alógenas, el crecimiento demográfico y un mayor impacto humano por habitante.
Diamond no predijo que nuestra civilización desaparecería. De hecho, nuestro contexto ha cambiado profundamente. Casi no existe ninguna sociedad desconectada del resto de la humanidad, lo cual reduce el riesgo de declive brusco de una comunidad.
Pero la interconexión de las sociedades tiene otra cara: la propagación de guerras y enfermedades, y los avances técnicos aumentan la capacidad de destrucción.
2. La ruptura radical
Más que un hundimiento espectacular, científicos de Vancouver coautores de un estudio publicado en 2012 en Nature predicen un silencioso avance por encima del umbral de la erosión de la biodiversidad a lo largo del siglo. No sabemos aquél dónde se sitúa, pero sí que cruzarlo haría imposible volver atrás en la degradación del medio ambiente y la regeneración de especies. El salto a un nuevo estado desconocido sería comparable a la extinción de los dinosaurios o el fin de la era glaciar.
3. La aniquilación
No puede excluirse la aniquilación total de la especie humana. Los dirigentes de las potencias nucleares tienen en sus manos acabar varias veces con la civilización. La diseminación de estas armas multiplican los riesgos, sin olvidar los accidentes nucleares: de Chernóbil a Fukushima.se ha acelerado en los países emergentes, la riqueza permanece siempre mal distribuida en el mundo.
PARA SABER MÁS...
‘Ecological Economics’ Número especial dedicado al decrecimiento. The Economics of Degrowth (G. Kallis, C. Kerschner y J. Martínez. Alier). Diciembre 2012. http://www.journals.elsevier.com/ecological-economics/
‘Prosperidad sin crecimiento’ Economía para un planeta finito. Autor: Tim Jackson. Icaria Editorial. 2011.
‘Ecological Economics’ Principios y aplicaciones. Herman E. Daly y Joshua Farley. Island Press. 2003.
‘El ecologismo de los pobres’ Conflictos ecológicos y lenguajes de valoración. Por Joan Martínez Alier, autor a su vez de La economía y la ecología (1991) y Economía ecológica y política ambiental. Icaria Editorial. 2005.
‘La hora del decrecimiento’ Serge Latouche. Editorial Octaedro. 2012
‘La ley de la entropía y el proceso económico’ Obra base del decrecimiento y la economía ecológica, para muchos. Nicholas Georgescu-Roeguen. 1971.
ACTIVOS EN EL TEMA...
Fander Falconí Economista ecológico, ex ministro de Ecuador y secretario nacional de Planificación y
Desarrollo del gobierno de Rafael Correa.
Mario A. Pérez Rinco Economista ecológico experto en conflictos ambientales en Colombia. Profesor
en la Universidad del Valle (Cali). Autor de Comercio exterior y flujos hídricos en la agricultura colombiana: Análisis para el período 1961 - 2004 .
Walter Pengue Experto en agroecología y en seguridad alimentaria.