"El sueño americano es hoy inalcanzable" // Entrevista a Romain Huret
Entrevista a Romain Huret, historiador, director del centro de estudios norteamericanos de la École de Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) y autor de ‘American Tax Resisters’ (Harvard University Press, 2014).
La sociedad estadounidense está dividida en dos. ¿Es un hecho reciente?
Esa fractura era ya apreciable en la elección y reelección de Barak Obama, pero los candidatos republicanos eran menos caricaturescos. Este año, el electorado de las primarias quería que la fractura fuera más evidente. En realidad, el enfrentamiento entre dos Américas se dibuja a partir de los años sesenta. Una es urbana, multicultural, joven, progresista. A la otra, mayor, blanca, rural y periurbana, le asusta la evolución de las costrumbres y la lucha contra la discriminación que fomenta la primera América. Y, lo más importante, una parte de la segunda se ha visto golpeada por una desindustrialización masiva.
Ésta tiene numerosas causas. En primer lugar, el progreso tecnológico, pero también es el fruto del desplazamiento de las actividades productivas, como demuestra, por ejemplo, el caso de RCA, el fabricante de radios, estudiado por Jefferson Cowie. En los años veinte, la firma se establece en Nueva Jersey, donde los sindicatos son poderosos, los obreros tienen buenos sueldos y la protección social asociada al contrato laboral es fuerte. En la década de 1950, para disminuir la presión sindical, la empresa se desplaza a Indiana, más rural y donde la mano de obra es menos cara. Veinte años después, baja a Tennessee porque RCA espera que los asalariados negros sean más baratos y porque los sindicatos están mal vistos. Finalmente, en los años ochenta se va a México y se instala en Ciudad Juárez.
Resultado: mientras que durante mucho tiempo era posible vivir bien en EE UU con un salario de obrero y sin estudios superiores, ahora es imposible. Tras la elección de Ronald Reagan, en 1980, las reformas neoliberales hacen que se dispare el gasto de los hogares (vivienda, educación, sanidad), por lo que éstos se ven obligados a endeudarse. La crisis de 2008 ha golpeado con mucha mayor violencia a los más débiles. Muchos estadounidenses tienen dos o tres trabajos para poder llegar a fin de mes.
¿Los obreros han abandonado a los demócratas?
En la década de 1980, Reagan ya atrajo para su causa a los obreros blancos. Como Donald Trump hoy, predicaba un país fuerte, tras la derrota en Vietnam y el proteccionismo, en aquella época, frente a Japón. Al constatar que de hecho había tenido una política liberal, parte de los obreros votaron a Bill Clinton en 1992. Pero decepcionados por el centrismo de los demócratas, algunos se pasaron a George Bush en 2000.
¿Donald Trump seduce sólo en los medios blancos populares?
No, los republicanos tradicionales de las profesiones liberales y de las clases medias altas habrían, por supuesto, preferido a un conservador más clásico, menos liberal respecto a las costumbres que Trump, pero le dieron su voto porque detestan lo que encarna Hillary Clinton, sobre todo en lo referente al intervencionismo estatal.
“El enfrentamiento entre las dos Américas viene de los sesenta”
“La gratuidad de la universidad pública es un tema fundamental”
Clinton provoca tanta hostilidad porque ha hecho suyas algunas propuestas de su contrincante demócrata, Bernie Sanders, especialmente la gratuidad de las universidades públicas, un tema fundamental. Las tasas de matriculación se han disparado en las universidades públicas, sobre todo debido a la bajada de los impuestos locales que las financian. También, para reducir el gasto público, el Estado federal ha recortado las becas. Como resultado, los estudiantes están obligados a endeudarse considerablemente (28.950 dólares de media). En este asunto, la fractura es tanto social como generacional, pues muchos miembros de categorías acomodadas se beneficiaron también de ese sistema en los años 1960. Pero se lo niegan a los jóvenes actuales con el pretexto de que perderían el sentido del esfuerzo.