Justicia // The Good Fight: En el lado bueno de la ley

Esta serie, que estrena este verano su quinta temporada, narra las vicisitudes de una empresa de abogadas y abogados conocidos por su defensa de personas afectadas por abusos raciales, y en especial casos de brutalidad policial en Chicago. El despacho Reddick, Boseman & Lockhard es el resultado de la fusión entre la segunda generación de la familia fundadora de la empresa y Diane Lockhart, proveniente de la serie The Good Wife, que se incorpora a la empresa al principio de la primera temporada (como cuota de diversidad, según ella misma,  al ser la única persona blanca entre los socios principales), tras perder todo el dinero de su jubilación en un fraude financiero.

Las cuatro primeras temporadas de la serie transcurren durante el mandato de Donald Trump como presidente y en el bufete se reflejan todas las tensiones de una época marcada por la desestabilización y la crisis institucional. Quien más sufre psicológicamente la desesperación de no comprender cómo las cosas pueden haber llegado tan lejos con Trump es precisamente Diane, que recurre a las drogas y a grupos conspirativos contra la nueva derecha para gestionar su obsesión con el presidente y las nuevas tendencias de la era de la disrupción política. En su proceso de reconciliación matrimonial, para Diane es fundamental saber, en el momento clave de tomar una decisión, si su marido Kurt votó o no por Trump.

En The Good Fight se plantea el dilema de si para combatir los males políticos de nuestro tiempo, y en especial el nacional populismo desestabilizador y desvergonzado, hay que recurrir a herramientas dentro de las normas aceptadas y establecidas, o hay que usar todo tipo de armas para plantear una batalla eficaz.