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¿Revolución o regreso al carbón?

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Noviembre 2013 / 8

La negociación de una nueva coalición de gobierno en alemania no es ajena a la transición energética

 

Tras Fukushima, Angela Merkel cerró ocho centrales nucleares, fijó el año 2021 como fecha del fin de la era nuclear y aprobó una revolución energética. El dilema era inequívoco: “Quien prolonga la vida de las nucleares acorta su vida en el Gobierno”. Fue la “última batalla ideológica”, superviviente de otra época o, si se prefiere, una victoria de la democracia sobre las élites.

Un año después, Peter Altmaier, ministro de Medio Ambiente, aprobó un programa de 10 puntos, pero dejaba las reformas para después de las elecciones. Buscaba una tregua al bloqueo que imponía Industria. ¿Veremos una gran coalición de la revolución energética?

El SPD y CDU tiene sobre la mesa de la negociación un programa de gobierno, con puntos irrenunciables que exige la Iniciativa de la Nueva Economía Social de Mercado (INSM). Reclaman abolir la ley de renovables con el argumento de que Alemania se ahorraría 52.000 millones en subsidios para ellas hasta 2020, y Europa 360.000 hasta 2050. Las propuestas son cocinadas por elitistas institutos económicos, subvencionados por grandes patronales tras la INSM. Claman al cielo contra los 616 euros de feed-in tariff (precio regulado que cobran las renovables).
 

CIERRE DE CENTRALES

La compañía eléctrica RWE reconoce que la expansión de las renovables puede llevarla a cerrar el 30% de centrales. La caída de precios, 10 euros por mWh en los próximos años, provocará otra caída de ingresos: su supervivencia está en peligro. La alternativa no es hacer descarrilar las nuevas tecnologías, sino imaginación para “gestionar la innovación que viene”, dice su presidente, Peter Terium.

¿Cómo se puede decir que la revolución energética pasará factura a Angela Merkel; cuando ha dejado a los liberales hoy fuera del Parlamento? Su candidato, Rainer Brüderler, asumió el programa de INSM, compitiendo con Alternativa por Alemania. Pero el resultado es que la CDU deberá gobernar con Los Verdes o SPD.

Urge una reforma que evite que la revolución energética muera de éxito. La entidad Agora Energiewende propugna una EEG 2.0 (las siglas de ley de energía renovables) como paso previo a una EEG 3.0 en 2018. ¿Dónde está el problema? La entrada de más renovables provocó que en España el precio cayera siete euros; a los consumidores, en lugar de tener energía más barata se les encareció en 900 millones , cantidad que corresponde a la diferencia entre el precio de mercado y el feed-in tariff. Mientras, en los mercados convencionales opera la opacidad (pagos por capacidad, ajustes, etc.).

Hasta hoy era impensable que en verano el precio del mWh cayera como hace años sucede solo en invierno y de noche, con menos consumo y más energía eólica. En Alemania, el precio es la mitad que en España, con seis veces menos energía fotovoltaica.

La entidad Energiewende? Ja, aber richtig! afirma que el carbón será imprescindible en 2050, incluso con un desarrollo de las renovables; al tiempo, amenaza con cerrar 50.000 mW de térmicas convencionales si no se frenan las renovables. Una muestra de la resistencia ideológica a la transición energética lo ofrece la Agencia Internacional de la Energía. En dos escenarios de 2050: uno duplica la energía nuclear y en otro la triplica.

Los berlineses iban a votar el 3 de noviembre sobre remunicipalizar la energía, como otras 130 ciudades alemanas. ¿Serán capaces los ciudadanos de imponerse de nuevo a las élites, como sucedió tras Fukushima?