Rosa Luxemburgo
La Rosa Roja, revolucionaria y pacifista.
Rosa Luxemburgo (1871-1919) es la primera mujer que produjo una obra teórica memorable en economía, disciplina hasta entonces exclusivamente masculina (y que lo sigue siendo en gran parte).
Militante desde los 16 años del Partido del Proletariado de la Polonia rusa, y más tarde miembro activo del Partido Socialdemócrata Alemán hasta su rechazo a participar en la Primera Guerra Mundial, Rosa Luxemburgo opone a la idea de una transformación gradual y pacífica del capitalismo la necesidad de una ruptura revolucionaria para alcanzar el socialismo. Tras apoyar un levantamiento comunista en Berlín, es ejecutada en esa ciudad por los paramilitares que luchaban junto al ejército alemán en enero de 1919 [los freikorps].
Al igual que Karl Marx, Rosa Luxemburgo cree que el paso al socialismo es el resultado del desarrollo de las contradicciones del capitalismo. Por eso considera esencial la economía política. Pero, al estudiar a Marx, choca con un problema. Por un lado, Marx explica por qué el capitalismo está condenado a hundirse tras una serie de crisis cada vez más importantes. Por el otro, en el segundo libro de El Capital, Marx muestra, por el contrario, en qué condiciones podría darse un crecimiento equilibrado del capitalismo.
Discípula crítica de Marx
La acumulación del capital, la obra teórica más importante de Rosa Luxemburgo, ofrece una historia detallada de los debates sobre el crecimiento desde comienzos del siglo XIX, una presentación crítica de las tesis de Marx y las polémicas que habían provocado, además de la original solución que ella destaca para resolverlas. La acumulación del capital, o reproducción ampliada, es el fruto de la transformación de una parte de la plusvalía que crean los trabajadores en capital adicional, lo que permite así la ampliación de la producción. Pero hay un fallo importante en el pensamiento de Marx: no explica de dónde procede la demanda para ese capital adicional, cuál es el motor de la acumulación, de la incitación a invertir. Supone que toda la producción se venderá.
Fue la primera mujer que produjo una obra capital en economía
Recogiendo una idea de Thomas Malthus, que más tarde utilizará John Maynard Keynes, Rosa Luxemburgo indica que es necesaria una demanda efectiva para garantizar la salida de las mercancías cuya producción aumente. Esa demanda no puede proceder únicamente del gasto de capitalistas y trabajadores: una economía capitalista cerrada no puede crecer. Para que crezca el capitalismo es esencial un medio no capitalista, que puede ser, por ejemplo, los sectores campesino y artesano aún no capitalistas de un país. Pero la salida también puede encontrarse fuera, en países menos desarrollados. Esa es la raíz del imperialismo que caracteriza al capitalismo contemporáneo.
Será otra gran dama de la economía, Joan Robinson, discípula crítica de Keynes, quien hará uno de los homenajes más bellos a Rosa Luxemburgo en el prefacio a la traducción inglesa de La acumulación del capital, en 1951. Sobre las dificultades del capitalismo del siglo XX, escribe: “este libro muestra más clarividencia de la que podría reivindicar ningún ortodoxo contemporáneo”.