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Urge otro enfoque

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Diciembre 2014 / 20

Economistas sin Fronteras

Análisis. El nuevo escenario exige ir más allá de la ayuda oficial 

Se acerca el momento de hacer balance sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y de definir un nuevo marco de entendimiento y unos nuevos compromisos.

Mucho se ha debatido sobre los logros y fallos: sus defensores suelen poner de relieve la simplicidad, especificidad y facilidad en la rendición de cuentas de una serie de compromisos que debían ser realizados en un plazo claramente definido. Sin embargo, también es necesario destacar sus debilidades y aprender de ellas. Una de las principales ha sido la incapacidad de superación de la lógica donante-receptor en su formulación: sólo el objetivo 8, “Fomentar una alianza mundial para el desarrollo”, implicó a los países donantes como responsables de realizar cambios estructurales en cuanto a la gobernanza de la lucha contra la pobreza mundial, cambios que implicaban concesiones en sus cuotas de poder. Los resultados difusos de este objetivo no hacen sino confirmar el hecho de que la comunidad de donantes no ha conseguido instaurar cambios sustanciales en cuanto al modelo de gobernanza necesario para encarar los desafíos globales.

El nuevo consenso internacional de lucha contra la pobreza se elabora actualmente en un marco global muy diferente: nos encontramos en un contexto en el que se han redistribuido el poder y la riqueza a escala mundial, han emergido potencias como nuevos referentes económicos y políticos, mientras que los países que ejercían el liderazgo se encuentran estancados en lo económico, y sus instituciones cuestionadas por la ciudadanía desde el comienzo de la crisis mundial en 2008. A su vez, en las últimas décadas se ha puesto de manifiesto que los principales desafíos que afrontamos, como el cambio climático, la creciente desigualdad inter e intranacional y la seguridad alimentaria no podrán ser afrontados desde estrategias individualistas. El nuevo escenario es aún incierto, pero requerirá la superación de la tradicional ayuda oficial al desarrollo como herramienta central para luchar contra la pobreza y la adopción de un enfoque ambicioso de coherencia de políticas para el desarrollo, cuestiones centrales en un ineludible cambio de enfoque en la lucha contra los males que atenazan actualmente a la humanidad.