“La distinguida clientela” de Andreu Navarro
Andreu Navarro, nuestro corrector y comentarista de cine en Alternativas Económicas, nos dejó tristemente el pasado 1 de marzo. Todos los que le habíamos tratado durante muchos años en El País sentíamos hacia él un afecto entrañable y especial admiración por su gran capacidad de trabajo. Andreu era nuestra red de seguridad que garantizaba la pulcritud de los textos, una labor de excelencia que solo era posible gracias a su inmensa cultura.
Trabajador extraordinario, pero no infatigable, “els cansats fan la feina”, estuvo a pie de página, enérgico, hasta el último día con sus 74 años. Alternativas fuimos de los afortunados de formar parte de su “distinguida clientela” que es como él denominaba la extensa red de demandantes de sus cuidados, que incluía editoriales, ayuntamientos y asociaciones. Andreu era de los que nunca sabían decir que no a una propuesta de trabajo si tenía causa, trataba de cultura o despertaba su curiosidad. Fue cofundador de la revista digital Industrias del Cine, impulsor del cineclub de Vilafranca y colaborador de la emisora de radio local, un auténtico activista cultural.
Ana Soriano, su amiga y compañera de trabajo durante décadas, le define como “un hombre de principios, una persona extraordinariamente honesta, que siempre iba con la verdad por delante”.
Andreu Navarro vivía con sus espacios mentales particulares reservados para el jazz, el cine y el teatro. Con gustos muy definidos sentía pasión por toda la obra de Orson Welles de la misma manera que no tenía interés alguno por Luis Buñuel. Todos los años peregrinaba al Festival de Teatro de Almagro para extasiarse con Calderón, Cervantes y Shakespeare. Ha dejado una obra inacabada sobre la Historia del teatro clásico español y, sobre todo, muchos amigos que echaremos en falta su enigmática sonrisa.