IRPF e IVA sostienen la recaudación fiscal
La eliminación de deducciones en Sociedades aporta el mayor aumento previsto de ingresos del Estado
Las previsiones de recaudación fiscal experimentan un ligero aumento del 2,3% a pesar de que la economía crecerá solo el 0,7%. La explicación de esta aparente contradicción es doble. Por una parte, el Gobierno prorrogará para 2014 las subidas que había decidido con carácter excepcional para 2012 y 2013, especialmente en el impuesto sobre la renta (IRPF) y en el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI). Por otra, suprimirá deducciones en el impuesto de sociedades. Como aspecto positivo cabe señalar ventajas a las pymes y deducciones a la creación de empresas en el marco de la ley de Emprendedores.
Los ingresos impositivos dependen básicamente de cuatro tributos: IRPF (73.196 millones), impuesto sobre el valor añadido (IVA, 54.849 millones); impuesto sobre sociedades (22.327 millones) e impuestos especiales (básicamente, hidrocarburos y tabaco, 20.453 millones). En conjunto, estos cuatro tributos representan el 96,5% de la recaudación.
Las previsiones de incremento de los ingresos por IRPF (1,7%), IVA (2,7%) y especiales (0,5%), a pesar de ser moderados, representan la mayor incógnita dada la caída del consumo del 0,6% que auguran los presupuestos.
En materia impositiva, el hecho diferencial más notable se encuentra en el impuesto de sociedades, que experimentará el mayor aumento de la recaudación, del orden del 5,4%, debido sustancialmente a la supresión de la deducibilidad de las pérdidas en entidades participadas. Esta medida supondrá un aumento de los ingresos para Hacienda de 3.650 millones de euros, que representa el 90% del incremento de la recaudación tributaria total prevista, que asciende a 4.070 millones. Todo ello si la falta de crédito no asfixia a las pequeñas y medianas empresas.
El impuesto de sociedades es también el que registra mayores novedades normativas especialmente favorables para las pequeñas y medianas empresas y los trabajadores autónomos. Se trata de la deducción del 10% de los beneficios reinvertidos, que supondrán unos menores ingresos fiscales de 547 millones y la aplicación de tipos reducidos para los emprendedores, que implicarán otra rebaja en los ingresos de 176 millones. La ley de Emprendedores establece un tipo impositivo máximo del 15% para los primeros 300.000 euros de base imponible y del 20% para el exceso sobre dicho importe. Estos tipos preferenciales se aplicarán durante dos años a partir del primer período impositivo en que los nuevos empresarios obtengan beneficios.
El presupuesto recoge una nueva reducción del 20% sobre rendimientos netos de la actividad económica en el impuesto sobre la renta, que se aplicará durante dos años a partir del primer periodo con beneficios.