Italia logra un acuerdo para sanear la banca
Finanzas: El Gobierno italiano quiere evitar el castigo a los tenedores de preferentes como el sufrido en España.
Matteo Renzi, primer ministro de Italia. FOTO: PARLAMENTO EUROPEO
Italia ha logrado un acuerdo con Bruselas para limpiar su banca en condiciones mucho mejores que las conseguidas por España en 2012, que significaron un duro sacrificio para tenedores de participaciones preferentes y obligaciones subordinadas. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha contado con el inestimable apoyo de poderosos aliados en las instituciones europeas, principalmente Mario Draghi, presidente del BCE; Andrea Enria, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA); Ignazio Angeloni, miembro del Consejo de Supervisión del BCE, y Marco Buti, director general para asuntos Económicos y Financieros.
La crítica situación de los bancos italianos es consecuencia de siete años de crisis que han dejado su huella en el aumento de créditos dudosos que ascienden a 360.000 millones de euros, lo que representa el 18% del total, según ha señalado Ignazio Visco, gobernador del Banco de Italia.
El acuerdo alcanzado entre el ministro de Economía italiano, Pier Carlo Padoan, y la comisaria de Competencia de la Unión Europea, Margrethe Vestager, a finales de enero, permite transferir los créditos dudosos de los bancos a un vehículo especial creado para cada banco y que el Estado garantice una parte de ellos. El vehículo empaquetará los créditos y los venderá según su nivel de riesgo; júnior, mezzanine o sénior. Los sénior, que son los más seguros, serán garantizados por el Estado, y la remuneración de esta garantía será a precio de mercado, por lo que al parecer no constituirá ayuda de Estado.
Se trata de una fórmula muy sofisticada e ingeniosa muy propia de los italianos, que evita aplicar pérdidas a los tenedores de preferentes y deuda subordinada a diferencia de como se hizo con España en una cuantía exagerada. De todas formas, existen dudas sobre si la aplicación del acuerdo será plenamente compatible con las normas de competencia comunitarias.
El eurodiputado socialista Jonás Fernández Álvarez ha manifestado a esta revista: “Lo que estamos viendo es que la aplicación del bail-in [asunción de pérdidas por parte de los inversores privados] que impuso Alemania ya se ha incumplido en la primera ocasión de crisis bancaria después de la entrada en vigor de la Directiva de Resolución y Recuperación Bancaria (BRRD).
El Banco de Italia pide revisar la Directiva de Resolución bancaria
El Estado italiano garantizará los bonos sénior
La reciente crisis financiera italiana cristalizó el 22 de noviembre de 2015, cuando el Gobierno y el Banco de Italia tuvieron que aplicar las nuevas reglas de la Directiva BRRD para resolver las dificultades de cuatro bancos que en conjunto representan el 1% de los depósitos del país.
Ante la falta de alternativas, el Banco de Italia tuvo que intervenir las entidades afectadas y aplicar anticipadamente la mencionada directiva, que no entraba en vigor hasta 2016. Pero la medida tuvo un elevado coste al exigir la asunción de pérdidas por parte de accionistas y tenedores de bonos subordinados, similares a las preferentes. El Parlamento italiano aprobó posteriormente un Fondo de Solidaridad, financiado completamente por el sector bancario, para compensar a los tenedores de estos productos financieros.
Las autoridades italianas consideraron que era insostenible aplicar esta fórmula al conjunto de la banca italiana, en la que las familias poseen 200.000 millones de bonos subordinados, y optaron por negociar con Bruselas el acuerdo mencionado.
Visco recordó en una reciente intervención que las autoridades italianas habían abogado infructuosamente por una transición “gradual y menos abrupta” de la directiva. En su opinión, este período transitorio “habría permitido a los inversores ser plenamente conscientes de las nuevas reglas y adaptar sus decisiones al nuevo marco”.
Visco insistió en la modificación de la aplicación de la polémica directiva. solicitó una revisión para antes de 2018 y alinearse con los estándares internacionales.