No tiene por qué ser malo
Catedrático de Economía Financiera de la Universidad Complutense de Madrid
El instrumento del banco malo se ha utilizado en diversos países occidentales desde hace tiempo para resolver los problemas bancarios derivados de las pérdidas de valor en las carteras crediticias y de inversión materializadas en sus respectivos sectores inmobiliarios, y a raíz de las crisis de éstos. El objetivo primordial es separar esos activos inmobiliarios tóxicos de la actividad ordinaria de los bancos para evitar que perjudiquen su finalidad principal de intermediación financiera y de...