Emprender... sólo si no queda otra
El discurso para fomentar el emprendimiento en España no parece haber logrado cambiar el chip. El año pasado, en España se produjo, cierto, un repunte de la actividad emprendedora —índice TEA, que mide proyectos de menos de 3,5 años— hasta el 6,2%. Aun así, el nivel no alcanza el de antes de la crisis (7,6%). Es interesante la evolución de la intención emprendedora (véase el gráfico). “El elevado interés que llegó a mostrar la población adulta española por crear un negocio hace unos años pudo ser debido a la falta de alternativas en el mercado laboral”, admite el último Global Entrepreneurship Monitor para España 2017/2018. En 2012, el paro llegó al 26%.