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El día que murió Kapuscinski // La aventura del periodismo

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Abril 2019 / 68

Novela: Una novela sobre el reporterismo de guerra y los efectos de los conflictos bélicos en los seres humanos, pero también sobre la crisis en la industria de los medios de comunicación.

El día que murió Kapuscinski
Ramón Lobo
Círculo de Tiza, 2019
340 páginas
Precio: 23 €

El día en que murió Kapuscinski, el nuevo libro del periodista Ramón Lobo, es, ante todo, una novela de aventuras a la antigua usanza, porque el viaje interior de sus protagonistas resulta mucho más importante que toda la acción en la que se ven envueltos. Y no porque no ocurran cosas durante la narración: sus protagonistas, los reporteros Roberto Mayo y Tobias Hope, recorren todos los frentes desde la Guerra del Líbano en la década de 1980 hasta el conflicto de Siria, pasando por los Balcanes y la invasión de Irak. En sus páginas aparecen bombazos, coches destrozados, tiroteos, secuestros, bares canallas, estraperlo de whisky y reporteros que se salvan por segundos de un obús...

El autor, un veterano corresponsal de guerra que conoce de cerca lo que significa el infierno de un conflicto, sabe de lo que habla y su relato tiene la textura y la profundidad de la realidad, el peso del dolor y de la devastación. 

Pero, aun así, la verdadera historia transcurre dentro de sus personajes, a los que la guerra no logra deshumanizar, sino todo lo contrario: detrás de capas de cinismo, de sus chistes malos y sus bravuconadas se esconde una poderosa metáfora del efecto de la guerra sobre los seres humanos: a algunos les convierte en monstruos; sin embargo, en otros casos consigue sacar lo mejor de cada uno, porque logra ampliar la mirada hacia el sufrimiento de los otros.

El día en que murió Kapuscinski es también una novela de amor, sobre la dificultad para construir una relación en medio de las ruinas, sobre la soledad y la cobardía para comprometerse de verdad, pero es mejor desvelar lo menos posible sobre una trama que engancha al lector desde las primeras páginas.

Por último, pero no menos importante, se trata también de una novela sobre la crisis que se abatió sobre los medios de comunicación al final de la primera década de este siglo, cuando la revolución tecnológica, que cambió la forma en que los periódicos llegaban a los lectores, se sumó en 2008 al estallido del sistema financiero e hizo que periodistas con talento y experiencia fuesen expulsados de las redacciones.

En este terreno, Lobo es implacable, porque también sabe de lo que habla, ya que lo sufrió en sus carnes. También relata con ironía, y el colmillo bastante afilado, las miserias de las redacciones y, en general, del mundo laboral porque allí, como en las guerras, también hay personas que eligen la empatía frente a aquellos que se convierten en seres despiadados en busca del poder.