La economía desenmascarada // Hurgar en el origen de la crisis
TEORÍA ECONÓMICA: Una historia sobre la penetración ‘neoliberal’ de todas las instancias de poder.
La economía desenmascarada Steve Keen Capitán Swing 2015 (reedición) 768 páginas. Precio: 28,5 € |
Steven Keen presintió en pleno cambio de siglo, cuando imperaba el espejismo de un nirvana económico permanente, que se avecinaba una grave crisis. Le parecía “inevitable”, vista la fiesta del crédito que alimentaba como el carbón la especulación financiera, tanto en Estados Unidos como en buena parte de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Fueron pocos los que lograron hacerse oír entonces. Keen fue uno de ellos y formuló sus advertencias poco después en La economía desenmascarada, que encontró tanto eco entre el público como resistencia de uñas por parte de la mayoría de economistas, ortodoxos. En su segunda edición a cargo de Capitán Swing, prologada por Joaquín Estefanía, las duras críticas a las teorías económicas neoclásicas que reinaban sin sombra formuladas por el profesor australiano de Economía y Finanzas cobran un nuevo sentido, vistas las consecuencias de la debacle financiera iniciada en 2007. A toro pasado, más que las dotes predictivas del libro, merece la pena destacar la minuciosa tarea de deconstrucción de las teorías económicas neoliberales que han estado y permanecen en boga, con sus mantras y supersticiones.
Por otra parte, el autor se recrea en explicar, con evidente conocimiento de causa, la toma neoliberal de la academia y de todas las instancias de poder económicas y políticas, purgas incluidas.
La economía desenmascarada gustará (¡o disgustará!), sobre todo, al universo de los economistas.
Aunque Keen confiesa que no cree demasiado en las posibilidades de reforma desde dentro de la academia, bucea entre las escuelas de pensamiento que podrían aspirar a ser la teoría económica dominante del siglo XXI. De los evolucionistas a los neokeynesianos, pasando por la escuela austriaca o sraffianos. Pero en su recta final abre una ventana para la esperanza, que intenta desmentir a Margaret Thatcher en su “no hay alternativa”.