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Propuesta 31 //Cuenta atrás para los vehículos de diésel y de gasolina

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Octubre 2019 / 7

Vamos con mucho retraso en la eliminación de los vehículos con motores diésel y de gasolina. Empecemos por el diésel, porque 6 de cada 10 vehículos que circulan en España funcionan con gasóleo, lo que se traduce en graves problemas para la calidad del aire que afectan, sobre todo, a las personas de mayor edad, los niños y a quienes sufren asma. “El diesel mata”, afirma sin ambages el experto en movilidad Manel Ferri. Sabemos por la Agencia Europea de Medio Ambiente que en la Unión Europea mueren al año de forma prematura más de 400.000 personas por culpa de la polución del aire que respiran. En España la última cifra disponible (2015) es de 38.500 muertes. El transporte contribuye de forma significativa a las emisiones de efecto invernadero (el 27% sobre el total) y, contra lo que pudiera parecer, proporcionalmente es más culpa de coches y furgonetas que de los camiones. 

El Libro Blanco del Transporte de la UE prevé una reducción de emisiones del 60% para 2050 respecto de 1990, pero a diferencia de lo que está pasando en la industria y la agricultura, en este sector las emisiones aumentan (el 30% más desde 1990). Los coches y camiones diésel, que fueron promovidos  en Europa por sus emisiones de CO2 inferiores —contribuyen menos al calentamiento global del planeta, con  menos emisiones de gases de efecto invernadero—, producen más emisiones tóxicas como el óxido de nitrógeno y otras partículas finas. Transport & Environment (T&E) sostiene que incluso los vehículos más nuevos superan los topes de contaminación permitidos cuando se someten a test reales, con carreteras con cuestas, aceleraciones frecuentes y a mayor velocidad, y también pide que se tengan en cuenta las emisiones de CO2 a lo largo de todo el ciclo de vida del vehículo, porque al consumir menos recorre más kilómetros. El futuro no pasa por quemar más combustibles fósiles, ni gasolina ni gasóleo, por efectos sobre el clima y sobre la salud, así que los expertos ambientalistas reclaman que se penalice el diésel a corto plazo de forma armonizada en toda Europa y que se deje de comercializar lo antes posible. “El cártel del auto ha falseado datos”, subraya Ferri, en alusión al escándalo Volkswagen y al bajo tono de la UE al respecto.

Irlanda, Holanda, Dinamarca, Austria vetarán el gasóleo y la gasolina mucho antes que España

El Gobierno de Pedro Sánchez ha puesto como tope el año 2040 para que pueda vender cualquier coche de combustión interna y cualquier híbrido, y el año 2050 para que puedan circular. Quedan 21 años. De media la gente cambia de coche en España cada 12,2, pero todas las organizaciones del sector automovilístico, que supone un 10% de la economía y un 9% de la población ocupada, se han echado las manos a la cabeza. 

Las organizaciones medioambientalistas consideran poco ambicioso este horizonte, aducen que no detiene la inercia térmica actual. El horizonte temporal es el mismo que el fijado en Francia, el Reino Unido y China. Otros países, como Irlanda, Holanda, India y Dinamarca, quieren ir más deprisa (2030). Noruega lo ha adelantado a 2025. Y Austria lo ha planteado incluso para 2020. Otra cosa es el modo en que sus respectivos Gobiernos, más allá de la prohibición, incentiven el cambio. Porque en España, que además es el segundo fabricante de coches de Europa, circulan 18 millones de vehículos diésel. Pero son muchas las ciudades europeas que han restringido ya la circulación de coches de combustión más viejos, con especial penalización para el gasóleo. 

Según datos de ANFAC, las matriculaciones de diésel han caído a ritmos anuales del 15% hasta suponer un 37% de las matriculaciones mensuales, mientras los turismos y otros vehículos de gasolina vienen aumentando un 15,5% hasta suponer más del 54% del total. Se sostiene que la franja de la población con menores recursos tiene diésel y no puede acceder a coches eléctricos, ahora mucho más caros, pero también es cierto que esas franjas son las que realizan menos desplazamientos en coche.