Propuesta 34 // Electrificar el transporte y las infraestructuras
El salto al coche eléctrico debe ir acompañado de menos vehículos en las calles y eso plantea un reto: electrificar las infraestructuras necesarias que deben permitir la recarga de los vehículos en los aparcamientos, las gasolineras, las calles y las carreteras.
Instalar un punto de carga y recarga de un coche privado en un garaje privado o comunitario cuesta 1.200 euros. En el caso de las motos son 600 euros. Los puntos de carga en lugares públicos como las electrolineras cuestan entre 200.000 y 500.000 euros.
La inversión global necesaria para desplegar esta infraestructura depende de las previsiones de vehículos eléctricos que haya en circulación.
Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Ministerio, preparar las carreteras y disponer de una red de puntos de recarga para sostener 600.000 vehículos eléctricos —cifra estimada para 2030 de seguir la tendencia actual— en España haría falta invertir en infraestructuras 1.210 millones de euros. Pero si la cifra de vehículos enchufables supera los cinco millones, la cifra total se elevaría a 8.849 millones. Esta estimación está realizada pensando en el lapso temporal entre 2021 y 2030.
La propia electrificación de turismo, motos, furgonetas y autobuses necesitará movilizar 2.543 millones extra entre 2021 y 2030, si es que se llega al mencionado parque eléctrico de cinco millones de unidades. Esta cifra viene de calcular la diferencia entre un vehículo convencional y uno eléctrico (en el caso de los coches). En el de los autobuses, se ha considerado una reducción del coste adicional del 8% anual. De los 2.543 millones, 712 millones corresponden al cambio de turismos; 23 millones, a motocicletas. El grueso de la inversión la absorberá la conversión de autobuses, camiones y furgonetas (más de 1.800 millones).
Nueve de cada 10 coches particulares están parados la mayor parte del tiempo
Un punto de recarga para un coche privado en un garaje supone un coste cercano a los 1.200 euros
El reto es global. Según Bloomberg NEF, desplegar infraestructura de recarga en dos de los principales vehículos eléctricos en Europa como Reino Unido y Alemania costará cerca de 15.000 millones de euros desde ahora hasta el año 2040.
China está realizando un especial esfuerzo en la electrificación de autobuses. La flota del país asiático, que la ha propiciado con la regulación y subvenciones a fabricantes, aumentó el 32% en 2018 y tiró de la cifra global. En EE UU, el Estado más concienciado con la contaminación del aire es California, que exigirá que todos los autobuses nuevos sean libres de emisiones a partir de 2029.
Es clave la electrificación del transporte público urbano (tranvías, autobuses, metro) y también del tren. En España, aún hay un tercio de la red que no está electrificada, en vías convencionales, y especialmente en zonas menos pobladas, sobre todo en el caso del transporte de mercancías. Así que una parte importante de las rutas se hace con trenes diésel. Electrificar un kilómetro de vía cuesta cerca de 500.000 euros, pero la cifra puede ser más elevada; depende de la topografía o las subestaciones que se requieran, entre otros factores. Electrificar toda la red supondría como mínimo 2.800 millones. La Fundación Renovables reclama que en 2025 se pueda disponer ya de una red de ferrocarriles 100% eléctrica y, cinco años más tarde, este medio de transporte debería alcanzar un 20% del transporte de mercancías.