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Mujer rural

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La mujer rural sufre una doble discriminación: por ser mujer y por ser de pueblo. Problemas como la brecha salarial, la doble jornada, el déficit de formación y la violencia machista se acentúan en las zonas menos pobladas del país.

 

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Trabajo y emprendimiento

68. Apoyar las iniciativas empresariales y de fomento del empleo

El empleo es la cuestión clave para que las mujeres residentes en zonas rurales tengan oportunidades de desarrollo personal y puedan vivir dignamente. Hablamos de casi cinco millones de mujeres, el 15% de la población española. En el campo hay una discriminación salarial de género aún mayor que en las ciudades. Las mujeres están sobrerrepresentadas en los rangos salariales más bajos, mientras que los hombres se concentran en los más altos. Las mujeres ocupan, por lo general, posiciones inferiores de la jerarquía laboral y los hombres tienen mucha más presencia en puestos de poder y responsabilidad.

Hace tres años el Gobierno puso en marcha el Plan para la Promoción de las Mujeres en el Medio Rural, dotado con 23,1 millones para el periodo 2015-2018, una cifra a todas luces escasa para la magnitud de la tarea. El plan incluye medidas para impulsar en los pueblos el Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres (PAEM), dirigido a emprendedoras con una idea de negocio o con un plan de modernización o ampliación de sus empresas. 

La discriminación de la mujer en el mundo rural es mayor que en las ciudades

Fademur propone “itinerarios” de inserción sociolaboral

Para favorecer el acceso de las mujeres al mercado laboral, la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) propone desarrollar itinerarios de inserción sociolaboral y un plan específico de empleo para mujeres residentes en los pueblos. Ruraltivity, un programa de emprendimiento impulsado por la propia federación, acompaña a las mujeres durante todo el proceso de creación de una empresa y ayuda a salvar los obstáculos que surjan por el camino. 

Las organizaciones defensoras de la mujer rural consideran fundamental desarrollar los incentivos que incluye la Ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias para Fomentar la Igualdad de Oportunidades. Actualmente, menos del 9% de las explotaciones agrarias son dirigidas por mujeres, y son de dimensiones bastante más pequeñas que las dirigidas por hombres. Muchas mujeres compatibilizan su trabajo en explotaciones familiares agrarias con las obligaciones de ama de casa y más de la mitad no cotiza a la Seguridad Social, por lo que su actividad es invisible y entra en el capítulo de trabajo no remunerado.

Los espacios de coworking se han convertido en plataformas ideales para lanzar proyectos de desarrollo rural y crear empleo de calidad para las mujeres. Un buen ejemplo es El Hueco, fundado hace cinco años por la ONG Cives Mundi, que da cobijo en Soria a una veintena de empresas sociales en las que trabajan alrededor de un centenar de personas.


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Servicios de calidad

69. Facilitar el acceso a la sanidad, la educación y bienes de consumo básicos 

Acercar lo máximo posible los servicios básicos a los lugares de residencia mejoraría enormemente la vida de muchas mujeres rurales. La educación, la asistencia sanitaria y la atención a las personas dependientes serían más accesibles si se frenase la concentración de instalaciones y mejorase el transporte público. El desarrollo de los trenes regionales (grandes perdedores de un modelo apoyado casi exclusivamente en la alta velocidad) sería una medida muy bien recibida en las zonas más afectadas por la despoblación.

En ocasiones, las iniciativas de economía social ocupan el espacio que dejan vacío la Administración y las grandes empresas. La Exclusiva es una empresa que reparte la compra a domicilio por los pueblos menos poblados de las provincias de Soria y Burgos. Está dirigida por una mujer, Victoria Tortosa, y atiende a muchas mujeres mayores que viven solas.

Promocionar la llegada de nuevos pobladores contribuiría no solo a revitalizar las economías rurales, sino a salvar colegios, centros de salud y sucursales bancarias que corren peligro de desaparecer por la falta de niños, pacientes y clientes. La asociación Abraza la Tierra, con sede en Segovia, aglutina a una veintena de grupos de acción local en Aragón, Castilla y León, Madrid y Cantabria. Esta ONG se dedica a intermediar entre quienes quieren abandonar la ciudad y los habitantes de los pueblos. En sus oficinas se presta apoyo a los nuevos pobladores, tratando de adaptar sus necesidades personales y económicas a los recursos disponibles en el entorno. 


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Más participación política

70. Incorporar a más mujeres a la toma de decisiones

El poder político y económico en el mundo rural sigue siendo, fundamentalmente, cosa de hombres. La tradición y la cultura machista tienen aún mucho peso, lo que se traduce en que las mujeres estén infrarrepresentadas en las organizaciones políticas, sociales y sindicales. Aunque se han hecho avances en este terreno, la proporción de alcaldesas y concejales mujeres en los pueblos es muy inferior a la de las ciudades. 

Sería muy positivo adoptar localmente ideas y medidas que ya han tenido éxito a nivel estatal o en algunas ciudades, como la paridad en las listas electorales y el establecimiento de cuotas para mujeres en los órganos de gobierno de empresas y entidades locales.

Aumentar el asociacionismo de las mujeres también sería de gran ayuda para mejorar sus condiciones de vida. Algunas organizaciones de ámbito estatal son la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (Amfar), la Confederación de Mujeres del Medio Rural (Ceres) y la Asociación de Mujeres de Cooperativas Agroalimentarias de España (Amcae). 

 

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Conexión a Internet

71. Llevar la banda ancha a todos los rincones para facilitar el teletrabajo y el acceso a la información 

Una reivindicación generalizada en el mundo rural es contar con una conexión a Internet de calidad que facilite trabajar desde casa y que proporcione acceso rápido a la información y a los servicios. Internet se ha convertido en un gran aliado de quienes luchan por frenar la despoblación de las zonas rurales, especialmente de las mujeres, muchas de las cuales trabajan doble jornada. Una iniciativa interesante es Desafío Mujer Rural, una plataforma web creada por el Instituto de la Mujer en colaboración con la Fundación EOI para impulsar la innovación y la competitividad de las emprendedoras rurales. La plataforma e-empresarias.net, de las Cámaras de Comercio, alberga un servicio de información y asesoramiento para responder consultas de forma personalizada, efectuar un diagnóstico de viabilidad de empresas y un foro de experiencias. 

Los talleres impartidos in situ por Administraciones o asociaciones locales sirven para que las mujeres rurales saquen el mayor partido posible a Internet, aprendiendo a gestionar la información en la Red. Un proyecto recién nacido es Digitalizadas, en la que participa Google, que ayudará a alfabetizar digitalmente, a conseguir empleo y a fomentar el emprendimiento a 5.000 mujeres del mundo rural en 10 comunidades autónomas. 

 

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Combatir la violencia machista

72. Adoptar medidas para reducir el número de víctimas de malos tratos 

Las mujeres de los pueblos son víctimas de violencia machista con más frecuencia que las de zonas urbanas. Fademur ha presentado en el Congreso un catálogo de 15 medidas para luchar contra ella en el medio rural. Entre las propuestas figuran desarrollar un programa impartido por personal especializado, para la formación de profesionales de la sanidad, de servicios sociales y de las fuerzas de seguridad del Estado que ejerzan en el medio rural y una campaña de sensibilización que incluya las singularidades de la vida en los pueblos. 

Fademur también pide que se devuelva a los ayuntamientos menores de 20.000 habitantes las competencias que en materia de lucha contra la violencia de género que les restó la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, que supuso la desaparición de múltiples puntos de información en el medio rural, así como apoyar a las asociaciones de mujeres rurales en el desarrollo de programas para la prevención de la violencia de género y de campañas específicas adaptadas al medio rural sobre el empoderamiento de las mujeres.

 

*** Este artículo forma parte del número extra 'Economía feminista' de Alternativas Económicas, que incluye 72 propuestas para incorporar la perspectiva de género a la actividad económica