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Propuesta 10 // Limpiar playas y entornos naturales en grupo

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Octubre 2019 / 7

Acabar con la llamada basuraleza. Es el objetivo de la acción colaborativa en la que el pasado 15 de junio participaron miles de personas dispuestas a tomar distintos espacios naturales repartidos por el territorio español con el fin de limpiarlos de basura, principalmente residuos plásticos. Eran voluntarios que se sumaron al Proyecto Libera, y quisieron convertirse en “héroes libera”. Es evidente que lo primero es evitar la generación de residuos tan dañinos para  el planeta, y que tampoco vale ser un héroe solo un día al año sin cambiar de hábitos de consumo. Además, con estas batidas ciudadanas no basta. Sin embargo, los movimientos ciudadanos se multiplican para concienciar sobre lo que está en juego. El 80% de los residuos que acaban en el mar proceden del entorno terrestre. El abandono descontrolado de residuos cerca de los ríos, por ejemplo, hace que proliferen microplásticos muy perjudiciales para la flora y la fauna. SEO BirdLife impulsa, con Ecoembes, este tipo de acciones colectivas. El año 2018 hasta 11.000 personas participaron en la iniciativa 1m2 por la naturaleza, que persiguen devolverla a su estado natural inicial, sin residuos,  en 415 puntos. Según SEO BirdLife,  el 90% de las aves marinas ya ha ingerido plástico y la proporción llegará a la totalidad de aves en 2050 si no se hace nada para impedirlo. 

Muchas asociaciones y colectivos están impulsando o apoyando estas iniciativas (Júcar Limpio (Albacete), la Asociación La Pedrera (Alicante), la Protectora de caballos ADE (Barcelona), la Asociación cultural Falla els Vents (Valencia) y  un largo etcétera. También los ayuntamientos van sumándose poco a poco a la lucha contra esta problemática. Más lentas van las empresas, aunque su participación en estas acciones les sale rentable. Biotherm, Nestlé, Pescanova, LG Eleccronics, Nielsen, Mahou-San miguel, DHL y Ecoalf lo han visto así.

Hace ya 10 años que Estonia convoca a sus ciudadanos a limpiar entornos medioambientales, desde que, en 2008, un empresario estonio lanzó esta iniciativa para implicar a la población. Esa primera vez se movilizaron 50.000 personas, que recogieron en cinco horas 10.000 toneladas de basura. Según el Gobierno de Tallin, el Gobierno habría tardado tres años y gastado 2,5 millones de euros. La iniciativa ciudadana tuvo un coste de medio millón. La iniciativa, Let’s Do it (vamos a hacerlo) tiene el apoyo de Naciones Unidas. Según los organizadores, en 2018 se movilizaron en 158 países 17 millones de personas durante 36 horas, en lugares tan distintos en temperaturas como Canadá (10 grados centígrados) e Irán (48 grados). Hoy, coincidiendo con el Día Mundial de la Limpieza del Planeta (World Cleanup Day), el 15 de septiembre (que en 2019 se celebra el 21 de septiembre) moviliza a millones de ciudadanos que dedican el día a recoger residuos de playas, parques, playas y entornos naturales. Centenares de organizaciones no gubernamentales (ONG) como Greenpeace apoyan esta acción, aunque reconocen que estas limpiezas colaborativas no pueden frenar la llegada de nuevos residuos plásticos y apelan a la prohibición de los plásticos de un solo uso. 

Sin embargo, cualquier grupo de ciudadanos puede organizar limpiezas colectivas por su cuenta. Greenpeace les llama, además, a participar en auditorías de marcas y a usar las redes sociales para difundir fotos de los plásticos de un solo uso que se encuentren abandonado en el medio ambiente, etiquetando la marca correspondiente —se puede usar en Twitter el hastag #IsThisYours—. Se recomienda llevar ropa cómoda, protección solar, gorra y agua en botella reutilizable. 

Más difícil es la participación ciudadana en la limpieza de los océanos, donde se vierten al año más de ocho millones de toneladas de plásticos. La basura plástica pesa 150 millones de toneladas, según la fundación Ellen MacArthur y el Instituto Five Gyres de Los Ángeles. Si no actuamos deprisa en 2050 habrá más plásticos que peces.

Existen iniciativas como el proyecto AWARE (Consciente, en inglés) que trabajan desde hace un cuarto de siglo en el cuidado de los océanos pero que desde hace ocho años elaboran un mapa colaborativo con los desechos que ciudadanos de todo el mundo que bucean  reportan en cualquier punto. La aplicación Dive Against Debris App permite aumentar la información sobre la basura en el fondo del mar y los lugares donde se han encontrado criaturas enganchadas.

El mayor proyecto para limpiar los océanos es The Ocean Cleanup Project. Una estructura flotante de 600 metros de largo que hace barrera y que intenta recoger toneladas de plásticos en el mar, jugando con las corrientes marinas a su favor. Empezó entre California y Hawái en 2018. La idea inicial, presentada seis años antes, fue de un joven holandés, Boyan Slat, cuando tenía solo 16 años y que se ha ido desarrollando y sofisticando con los años.

Hay otras empresas que desarrollan dispositivos para atrapar la basura con un sistema mecánico que atrapa basura de plástico, madera y cristal. Es Seabin (papelera marina, en inglés) y surgió inicialmente como una iniciativa financiada mediante micromecenazgo.