Propuesta 5 // ‘Rescate’ ciudadano de plantas renovables
¿Por qué no sumar fuerzas con otras personas para convertirse en productores de energías limpias? Hay un montón de instalaciones de renovables en las que invirtieron los pioneros en España, atraídos por el boom de las primas de la etapa de Zapatero, en muchos casos por afán exclusivo de rentabilidad, y cuyos propietarios se han quedado pillados con el préstamo que en su momento pidieron al banco para financiar la inversión a partir del momento en el que el Gobierno de Mariano Rajoy recortó retroactivamente las primas a las renovables. A muchos ya no les salen los números para pagar la cuota del préstamo y quieren quitarse de encima las instalaciones. Pero ahí está la ciudadanía agrupada para hacerse con ella, poniendo cada persona su grano de arena. Parece una utopía, pero no lo es. El rescate de plantas o reciclaje de proyectos es lo que viene haciendo Ecooo, con el fin de impulsar una transición energética democratizada. En verano de 2019 eran 4.250 las personas que habían metido dinero en un total de 107 plantas fotovoltaicas socializadas, que suman una potencia de 5 megavatios. Son plantas en techo —placas solares en los tejados, que producen allí donde se consume—, que evacúan electricidad en baja tensión, frente a los grandes parques productores instalados en suelo, que tienen mayor impacto paisajístico.
Mario Sánchez, director de Ecooo, explica que la clave del éxito en participación es que se admitan inversiones a partir de 100 euros, lo que hace accesible a buena parte de ciudadanos tengan la posibilidad de convertirse en productores de energía limpia. En la filosofía de la iniciativa una condición esencial es que quien pone 100 obtiene la misma rentabilidad que quien pone 1.000 euros, proporcionalmente, cosa que no todo el mundo con más recursos entiende de entrada. Otra particularidad reside en los términos del contrato que se firma, y que se llama “contrato en cuentas de participación”. Se trata de una fórmula de financiación que supone participar en los ingresos de la planta pero sin ser propietario de la misma. Se libera así al participante en la inversión de la responsabilidad vinculada como propietario, que asume Ecooo, pero otorgándole el derecho a percibir ingresos, en función de su aportación. También tiene una ventaja fiscal, puesto que los ingresos tributan como rendimiento del ahorro. Y en este país por el ahorro se paga menos impuestos.
La tarea de fondo de Ecooo es sustituir a grandes patrimonios y a fondos de inversión con motivación financiera por inversores movidos por razones medioambientales convencidos de que la generación eléctrica se debe socializar al máximo. A los inversores atrapados se les paga el dinero que pusieron —cuando las placas solares costaban 10 veces más que ahora— más las cuotas pendientes con el banco.
Los activos renovables que compra la ciudadanía a través de Ecooo no tienen nada que ver con las subastas organizadas desde el Gobierno, que proyectan capacidad de producción nueva.
Ecooo no tiene consumidores propios, no es una comercializadora de energía, sino que se encarga de producir electricidad a través de sus plantas. Sin embargo, tiene un acuerdo de colaboración con la cooperativa de energía limpia Som Energia, a la que cede gratuitamente los certificados que permiten a esta acreditar ante sus socios consumidores que la energía que les vende es de origen renovable. Estos certificados los emite la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y, normalmente, los productores se los venden a las comercializadoras.
El proyecto Generation kWh de Som Energia permite cofinanciar plantas de forma colectiva
A su vez, cooperativas sin ánimo de lucro como Som Energia, que prometen transparencia, participación y precios justos, también producen su propia energía, en las plantas de Alcolea del Río (Sevilla), Fontiveros (Ávila) y, en previsión, en Anglesola (Lleida). En este caso, el sistema para participar colectivamente en la financiación se llama Generation kWh. Este consiste en que los socios que tienen contratada la luz con Som Energia pueden invertir en sus plantas, que normalmente venden la electricidad al mercado pero que en este caso se la reservan a sus propios socios: así, los participantes en la inversión se benefician de un descuento en su factura de la luz con Som Energia equivalente al precio de la electricidad que produce el porcentaje de placas solares que hayan financiado. Por ejemplo, si alguien invierte 1.000 euros que le dan derecho a un kilovatio de potencia de la planta de Alcolea del Río, y produce 1.500 kWh, esos 1.500 kWh multiplicados por el precio de mercado de esa electricidad, pongamos 5 céntimos el kWh, se verán reflejados en la factura. Si la factura es de 70, puede pasar a pagar 55.
Además de participar en las plantas de cooperativas, se puede invertir en el capital de la propia cooperativa, cada una de las cuales ofrece determinada rentabilidad. La federación europea REScoop.eu promueve este tipo de modelo. De ella forman parte una decena de asociaciones de cooperativas de siete países europeos. Por España participa Unión Renovables, constituida por 16 socios, como Solabria, Goiener, Som Energia y Elèctrica de Vinalesa.
Además de las cooperativas, otras vías fomentan inversión ciudadana en renovables para personas con ahorros que quieran invertir, como Parques Solares de Navarra.
También han surgido iniciativas interesantes como Ecrowd!, que entre los proyectos para los que capta préstamos colaborativos figura la financiación de proyectos de energías renovables de nueva generación —en vez de rescatar plantas ya operativas, como hace Ecooo—, vinculados sobre todo al autoconsumo.