Yo sé, y tú también sabrás
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Junio 2015 / 3
La tecnología es como el dinero y como tantas otras cosas. En sí misma, ni es buena ni es mala. Puede emplearse para posibilitar lo mejor y también para permitir lo peor. Si Albert Einstein creía que, en los momentos de crisis, sólo la imaginación podía resultar más importante que el conocimiento, en la nueva era de la comunicación en la que vivimos —con la reina Internet en el centro y un entorno de plataformas en red y comunidades de intereses compartidos—, la creatividad y el aprendizaje lo tienen más fácil, al menos en...