Allá por los ya distantes años sesenta del pasado siglo XX, durante mis últimas estancias prolongadas en Francia para mi formación en sistemas económicos, y coincidiendo con la eclosión del estructuralismo en la epistemología de las ciencias sociales, Maurice Godelier reflexionaba sobre la racionalidad y la irracionalidad en la economía. Su obra —un clásico tal vez hoy en gran medida olvidado en el desván de la memoria colectiva— me había causado un fuerte impacto esclarecedor de cruciales interrogantes que me asediaban durante mi proceso de formación.
Por Xosé Manuel Beiras
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