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Financiación en la emergencia y más allá

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Quiero en este artículo poner en valor, en la emergencia y más allá de las respuestas de emergencia, el trabajo, día a día, de la actividad y la financiación que realizan las asociaciones de finanzas alternativas y solidarias, presentes en toda España, a través de la concesión de ayudas-reintegrables a proyectos de empleo y autoempleo, del apoyo a nuevas empresas en cada lugar, de la financiación a pequeños productores del Sur, a través de cooperativas, compuestas fundamentalmente por mujeres campesinas, etcétera.

Las asociaciones de finanzas alternativas y solidarias integradas en REFAS tienen su actividad fundamental en el estudio, apoyo y acompañamiento de nuevas iniciativas económicas, nuevas empresas que, excluidas del crédito bancario, surgen en su zona de actuación. Buscando su viabilidad, apoyando a través de sus redes la producción y el consumo responsable que los haga sostenibles y viables.

A principios del año 2020 estaban abiertos y con actividad un total de 450 proyectos, con una financiación por valor de 1.400.000 euros. La mayor parte de estas empresas son pequeños negocios situados en barrios y pueblos o empresas socioculturales, que desde la declaración del estado de alarma han tenido que readaptar su actividad por dificultades en la distribución de sus productos o están cerrados hasta que se levanten las restricciones derivadas de la pandemia.

¿Qué acciones han realizado nuestras asociaciones? Si bien no hay una acción uniforme en todas las organizaciones que componemos REFAS, en esta coyuntura si hay una serie de medidas que se concretan de una u otra forma por todas nuestras asociaciones, como son:

En primer lugar, un contacto personal con cada una de las empresas y proyectos para poder realizar una valoración precisa y poder tomar medidas correctas; una moratoria de seis meses en el pago de sus cuotas de devolución de las ayudas-reintegrables concedidas; una moratoria en la cuota de socios a las diferentes asociaciones y, sobre todo, un acompañamiento, que continuará, para la reformulación del proyecto, búsqueda creativa de posibles alternativas (como los compromisos de compra en el futuro, la contratación de nuevos eventos anticipando su pago, que hoy faciliten el acceso a efectivo a través de los clientes habituales), para facilitar liquidez para afrontar los pagos inmediatos .

También, reuniones con las administraciones públicas, contrapartes de nuestras asociaciones en diversos territorios, para la búsqueda de soluciones e información sobre las ayudas existentes.

En los supuestos de la acción solidaria en el exterior, en algunos de los proyectos que nuestras entidades tienen abiertos en Benín, Senegal, Honduras y Ecuador, se ha planteado la condonación de los intereses del año 2020 y la refinanciación y aumento de los plazos de devolución. Todo ello acompañado del esfuerzo de las personas trabajadoras de nuestras  asociaciones y de los equipos de voluntarios/as, ampliando los recursos de personal dedicados al acompañamiento de proyectos y de su reformulación, comprometidos en la articulación de una economía que facilite la consolidación de proyectos de vida y el sostenimiento de la población en la España vaciada y del seguimiento del impacto que está teniendo en la producción y comercialización de sus productos.

Además, hemos puesto en marcha, a través de varias reuniones de REFAS, medidas de apoyo de las redes de economía alternativa y solidaria (REAS) y de las finanzas éticas, apostando siempre por el sostenimiento e impulso de estas actividades económica, muy eficaces y resilientes en estos momentos. Acompañando además el impulso y adaptación a las nuevas tecnologías y al comercio electrónico, que facilite la digitalización de las empresas.

Hoy nos encontramos traspasados por la covid-19, por las consecuencias que ya está teniendo y por las que se avecinan para aquellas personas que, a través de su trabajo, de pequeños negocios y atrevidas empresas, se pusieron a hacer economía de proximidad en los barrios y en los pueblos. Pequeños proyectos personales y cooperativos que a través de una financiación de cercanía, proporcionada por entidades de la Red de Finanzas Alternativas y Solidarias, pudieron acceder a ayudas reintegrables, sin intereses, para poner en marcha un sueño que les proporcionara un medio de vida y una consolidación de sus proyectos de vida, a favor de la sociedad. También una financiación realizada en los países del sur, para que pequeñas productoras, cooperativistas, pudieran asegurar una vida digna para ellas, sus familias y comunidades, a través de una financiación y un comercio justo.

Constatamos a nuestro pesar cómo se va ampliando el espacio, el número de situaciones y de personas que son objeto de nuestra acción. Se amplía el número de proyectos y personas, en una economía que hasta la llegada de la pandemia crecía, que quedan al margen del camino, excluidas del apoyo financiero que les permita reconstruir la vida, integrar y desarrollar proyectos de vida. Es la acción de nuestras entidades, a través de las ayudas-reintegrables para el mantenimiento del empleo, las que con rapidez y concreción responden a esas iniciativas, que suponen un sostenimiento del trabajo (reparación de un tractor, adquisición de una nevera para el refrigerado de productos, financiación para formación). Respuestas que, con mucho trabajo y creatividad, hacen posible la adaptación de los pequeños a las nuevas situaciones.

En España, son 20 entidades miembros de REFAS, en Galicia, Castila y León, Andalucía, Canarias, Cataluña, Castilla La Mancha, Extremadura, Madrid y Navarra, las que a través de depósitos y donaciones privados o públicos, en cada una de las zonas o provincias donde están presentes, conceden ayudas-reintegrables para la financiación de los emprendimientos, en definitiva, para el sostenimiento del trabajo y de la vida.

La covid-19 nos brinda la oportunidad de, en la emergencia y más allá de ella, apostar por estos pequeños proyectos, estas empresas que articulan la sociedad y que lejos de ser una acción insignificante suponen una nueva forma de economía, donde la persona está en el centro y el dinero es el medio y no el fin de la actividad económica. La pandemia nos desvela la fragilidad y vulnerabilidad de nuestras estructuras personales y económicas y desde lo vulnerable, desde lo pequeño, nos desvela a la vez la alternativa, capaz de elegir el bien común, la vida digna para todas las personas, la importancia de la red, de enredarnos, de reconocernos y de colaborar.

Una oportunidad que se abre de nuevo para un consumo responsable, un apoyo individual y el compromiso de hacer de las redes de consumidores, productores, distribuidores y financiadores la base para la transformación social, ciudadana.

¿Seremos capaces de reconocer su valor, de apoyar sus esfuerzos, de responder a su llamada? ¿Seremos capaces de transformar los males en bienes, para cada vez más personas y pueblos?

Resistir no es sólo aguantar,  sino construir algo nuevo, tomar la iniciativa. ¡Seamos creativos! Algo nuevo está naciendo, ¿no lo notáis?