Lourdes Beneria Farré: La economía con ojos de mujer

El pasado 11 de noviembre, en la Universidad de Lleida fue investida doctora Honoris Causa a la profesora Lourdes Beneria i Farré (valle de Boí, Lleida:1937). La mayor parte de su vida profesional la ha ejercido en los Estados Unidos, sobre todo en la Universidad de Cornell en Ithaca (Estado de Nueva York).

Resulta imposible resumir, en las pocas líneas de un artículo, la trayectoria intelectual y la obra científica de la profesora Beneria que ha justificado que la Universidad de Lleida le haya concedido el doctorado Honoris Causa. Es por esta razón que intentaré hacer un breve esbozo y confío ser capaz de transmitir, con suficiente claridad, la gran dimensión profesional y humana de la profesora Beneria.

Fue a estudiar a Barcelona. Los estudios de Economía eran nuevos en Barcelona, perteneció a la primera promoción, estudios muy poco femeninos para la época (en el primer curso de unos setenta matriculados, tres eran mujeres). Se licenció en 1959. Y, como ya ha manifestado en alguna ocasión la profesora Beneria: "en toda su etapa formativa universitaria no tuvo ninguna profesora mujer".

Fue la primera mujer en conseguir una cátedra en el departamento de Planificación Urbana y Regional, encargada del Área de Estudios de Género, Feminismo y Sexualidad, en la Universidad de Cornell, en el período 1987 - 2010. Universidad a la que sigue vinculada como profesora emérita. A lo largo de su vida profesional, ha colaborado con muchos organismos internacionales, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT); el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM); el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y el Instituto de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD), entre otros.

Dentro de los muchos premios y distinciones que ha recibido por su trayectoria profesional y personal podrían destacarse: la Cruz de San Jordi de la Generalitat de Cataluña, por su contribución a la investigación económica (2018); la Medalla presidente Macià, por su trayectoria laboral (2016) y el Premio Alice Cook de la Cornel University (2000), por sus trabajos relacionados con las mujeres, entre otros.

Sus ámbitos de investigación, trabajos y reflexiones han estado en torno a la Economía del trabajo, la subestimación del trabajo de las mujeres, los mercados de trabajo formales y no formales. Ha reflexionado, escrito y cuestionado la visión androcéntrica (el hombre económico) de la Economía Neoclásica. Ha trabajado sobre la globalización y el desarrollo en América Latina, denunciando cómo las políticas de ajuste estructural (PAEs) de los años 1980 y 1990 en los países en desarrollo fueron nefastas y provocaron más sufrimiento y miseria, sobre todo a las mujeres y a los niños.

Foto: UdL

También ha estudiado el impacto de la feminización de las migraciones internacionales y los efectos de la crisis de 2008 sobre el mercado de trabajo y la precarización. Remarca cómo el trabajo de los cuidados que realizan las mujeres inmigrantes, por ejemplo, en España, ha servido para sustituir, en algunos casos, a las mujeres españolas en la esfera del hogar y cómo éstas han podido dedicar más tiempo a la esfera del trabajo remunerado.

Y, por supuesto, ha mostrado una gran preocupación por la problemática medioambiental y cómo ésta debe ser prioritaria. Sino tenemos planeta donde vivir, el resto de problemas dejarán de ser relevantes.

Para la profesora Beneria: es necesario “meter en el centro de nuestras agendas los temas de distribución, desigualdad, ética, medio ambiente, e incluso la propia naturaleza de la felicidad individual, el bienestar colectivo y el cambio social. Para los y las economistas y científicas sociales, una tarea urgente, es traducir estos objetivos más generales en políticas y acciones específicas”[1].

La profesora Beneria está considerada como una de las mejores especialistas en estudios de economía y género vinculados al desarrollo y la globalización. Y, como describe Carmen Castro García (Atlánticas, 2016[2]), “es una de las grandes pioneras economistas feministas que optaron por aplicar la teoría y crítica feminista a los análisis y efectos de la economía ortodoxa sobre las condiciones de vida de las personas, poniendo el foco de atención en las posiciones sociales de las mujeres y en la evolución de la desigualdad de género”.

En su momento, la profesora Beneria escogió un campo poco conocido y, para la academia, incluso poco importante. Es de justicia agradecer a aquellas personas investigadoras como ella, que se adentren en terrenos poco seguros pero muy importantes para ayudarnos a conocer mejor la realidad social y económica que nos está tocando vivir.

Y, modestamente, desde estas páginas, quisiera decir a la profesora Lourdes Beneria Farré, que necesitamos su maestría. Necesitamos saber encarar los problemas sociales y económicos no con una visión androcéntrica (hombre económico) sino, como ella nos enseña en sus trabajos, con “ojos de mujer”.