Racismo en el alquiler de vivienda
Siete de cada diez inmobiliarias españolas aceptan formas explícitas de discriminación a personas extranjeras que buscan una vivienda en alquiler, según un estudio de la ONG Provivienda. De las restantes, una mayoría utiliza formas más sutiles de segregación, como solicitar un mayor número de garantías adicionales a las personas de otros países. "En un primer contacto, en igualdad de condiciones, si pensamos en una familia con dos personas adultas y dos menores, a la extranjera se le niega mucho más las visitas a los pisos anunciados en Internet", afirma Elena Martínez, responsable del Área de Investigación de Provivienda.
El informe, titulado Racismo y xenofobia en el mercado del alquiler, ha detectado un 72,5% de "discriminación absoluta directa": la aceptación por parte de las agencias inmobiliarias de no ofrecer una vivienda tipo a la población extranjera. Por otro lado, el 27,5% de los agentes comerciales que no incurren en una discriminación directa absoluta sí lo hace de manera relativa. Si la persona que demanda la vivienda es extranjera, permiten anunciar el piso más caro, pedir el permiso de residencia, exigir más información económica o aumentar la fianza.
De las cuatro ciudades estudiadas —Madrid, Alicante, Barcelona y Granada—, la capital catalana presenta unos niveles de discriminación directa absoluta llamativamente inferiores al resto: 58%, frente a niveles de entre el 76% y el 78% en las otras. Según los autores, una de las posibles causas podría ser el hecho de que el Ayuntamiento de Barcelona haya abierto hace unos meses un expediente sancionador a una inmobiliaria por una conducta discriminatoria. Era la primera vez que en España se abría un expediente por ese motivo.
El informe advierte de que estos datos hay que tomarlos con precaución, debido a las reducidas bases muestrales para cada una de las provincias —50 casos por territorio—, pero subraya que puede ser un punto de partida para futuras investigaciones.
Para llegar a estos resultados, el estudio ha realizado 1.836 llamadas respondiendo a anuncios de alquiler reales y a través de la metodología del testing inmobiliario. La clave del estudio es la búsqueda de respuestas distintas a dos tipos de llamadas telefónicas: de una persona autóctona y de una extranjera. Dichas llamadas se complementan con las de otra, que se presenta como propietaria de una vivienda y que contacta a agencias inmobiliarias pidiendo explícitamente no alquilar a una persona inmigrante.
El informe identifica diferentes formas de discriminación que obstaculizan y dificultan el acceso y el mantenimiento de la vivienda a la población no nacida en España. Estos factores se establecen en torno a elementos relacionados con la estigmatización cultural y de origen, así como por prejuicios relacionados con la situación socioeconómica. La primera barrera es la idiomática. "El primer contacto, que es el acento, implica que tenga ya una primera barrera. Te señala, es como la primera alarma para el propietario", apunta un técnico del Programa de No Discriminación de Provivienda.
El contacto telefónico es el primer filtro que las agencias y particulares emplean. "Según su nombre o su acento, descartamos", afirmó un agente comercial de Madrid durante el testing. Otro de los elementos de discriminación son los rasgos raciales y la indumentaria, que señalan la estigmatización cultural y de origen. "De verdad que es muy difícil acceder a una vivienda. La primera etapa es convivir en una vivienda y compartir una habitación, luego una habitación individual y luego ya una casa", señala una de las entrevistadas, la directora de la Asociación para la Defensa de los Valores Africanos (ACUDEVA).
La investigación se centra en el mercado del alquiler de viviendas debido a que es el régimen de tenencia mayoritario de las personas extranjeras que viven en España. La discriminación dentro del mercado de compraventa requiere otro tipo de análisis que el informe no aborda, entre otras cuestiones, por la escasa representatividad del colectivo migrante (población extranjera no comunitaria).
Provivienda busca dar respuesta a las necesidades residenciales de personas en situación de dificultad. Su trabajo se enfoca en mejorar las condiciones de acceso y mantenimiento de una vivienda adecuada, siempre bajo los principios de la autonomía, la corresponsabilidad y la no discriminación. La asociación defiende la urgencia de una Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación que contemple de forma clara el ámbito de la vivienda.
La entidad recomienda también la puesta en marcha de servicios de información y asesoramiento especializados, el impulso de servicios de mediación en alquiler, la formación de agentes clave, el reconocimiento de buenas prácticas inmobiliarias o, en el plano más restrictivo, la aplicación del derecho administrativo sancionador, e incluso penal para las situaciones más graves.
El prólogo del informe comienza con una cita de Shakespeare que viene bien recordar: "¿Qué es la ciudad sino su gente?".