21 — IRA // Día 3

Llevamos días encerrados. Al principio, resignados, con ánimo solidario y espíritu cívico. Pero el paso del tiempo todo lo deteriora y más sin saber ni cuándo acabará ni qué vendrá después. No todo el mundo tiene ni los mismos medios materiales, culturales, sociales ni psicológicos para encarar la situación. Ya empiezan a aparecer informes que hablan de problemas psicológicos. Y uno de los males que acabará por aparecer es la ira.

Rabia por no controlar la situación, por la pérdida de tiempo, por los roces que genera el enclaustramiento, porque peligra el puesto de trabajo o el pequeño negocio, por la soledad, porque no tenemos una salida asegurada… Lo malo de la rabia es que se acaba dirigiendo contra alguien. Ya ha empezado a emerger en estos justicieros de balcón que insultan a los paseantes “sospechosos”. Pero puede emerger en formas más graves. Contra los políticos. La derecha lleva días generando odio y bulos para capitalizarlo. 

Y si falla lo de los políticos, siempre quedará generar odio contra los extranjeros o alguna minoría. 

Tiene gracia que nos metamos con personas que cubren necesidades básicas, pero puede llegar. La rabia nos obnubila la razón, genera tensión, nos vuelve agresivos. Precisamente cuando estamos enfrentados a una situación que exige serenidad, reflexión, empatía y apoyo mutuo.